martes, 15 de julio de 2025

NO PODÍA FALLAR

Es importante tener claro como creyentes, en quién ponemos nuestra confianza; si descansamos en nuestras fuerzas o si lo hacemos en el Señor. Esto determinará el resultado de nuestra gestión en la Iglesia de Cristo.

Dios nos ha invitado a poner todo en sus manos, pero tenemos el hábito inherente de querer hacerlo por nosotros mismos. Recuerdo como nuestro hijo cuando apenas era un niño, un buen día tuvo un problema con una lampara de pie.

Algo pasó, nunca supimos como la dobló en su base y lo cierto es que él mismo quiso solucionar. Tal vez por temor al llamado de atención o por este simple y como dijimos inherente deseo de solucionar en nuestras fuerzas.

El resultado no se hizo esperar, lo adecuado hubiera sido desarmarla y con mucho cuidado restablecer la forma original de la base, él simplemente se paró encima “creo” y le hizo fuerza para volverla a su lugar.

Esta presión resultó en que se partiera y adiós lampara. Un fracaso que se hubiera podido salvar, si hubiera recurrido a nosotros como adultos. Algo similar nos pasa en el día a día, cuando deberíamos hacer lo que hizo Jesús Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4).

Y no fue la única vez que respondió de esta manera a Satanás; el enemigo estrenó su ministerio con esta tentación cuando Jesús fue 40 días al desierto para ser tentado. Esperaba que cayera en cualquiera de sus argumentos y no sólo fue durante esos días.

Fueron tres años de lucha consiente con el mal representado en rechazo, injurias, mentiras, preguntas capciosas, agresión física y hasta la misma muerte, pero Jesús siempre dependió de su Padre.

Al fin y al cabo no vino de paseo o a lo que Él quería “ …porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.” (Juan 5:30). Se aferro al libreto original por así decirlo, y cumplió con cada una de sus líneas.

Algo que queda claro, es que Jesús no podía fallar en su misión y menos cuando estaba haciendo la voluntad de Dios Padre. No hace falta mucho más texto en esta reflexión, para que el creyente entienda la importancia de seguir su ejemplo.

Si Jesús que vino y salió adelante como un hombre perfecto tuvo luchas, qué podemos esperar de esta perfecta imperfección que nos caracteriza por lo pronto. Un día seremos como Él, y ya no tendremos esa inherente inclinación al pecado o a solucionar en nuestras fuerzas.

No creo poder esperar a que mis luchas personales, familiares, laborales o inclusive ministeriales queden atrás, y todo fluya en la perfecta voluntad del Padre.

REFLEXIÓN: La vida sería un poco más fácil si sólo dependiéramos del poder de Dios!

LA REFLEXION ES PARTE DE LA VIDA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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