martes, 2 de agosto de 2011

EN QUIÉN TE APOYAS?


Que importante es tener claro, en quién nos apoyamos en nuestro diario vivir y aún más importante, en quién lo hacemos cuando caemos. La tendencia, está orientada a confiar primero en hombres que en Dios; y posteriormente  ante la falta de resultados, caer en el desanimo tan propio de nuestra naturaleza.
Es de mucho valor delante de Dios, estar siempre afirmados en la roca que es Él y no en nuestra propia sabiduría. “No seáis sabios en vuestra propia opinión” (Romanos 12:16) En cualquier proceso asociado al desarrollo del hombre, cualquiera que sea este, su tendencia será a experimentar temor ante la falta de conocimiento sobre lo nuevo, timidez en la adquisición del nuevo conocimiento, seguridad ante el adquirido y por ultimo la infaltable autosuficiencia.
Pablo es muy claro, cuando  en la Biblia afirma: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1Corintios 10:12) El orgullo siempre terminará en un resbalón.
Pero la pregunta sigue siendo en quién buscamos apoyo, y la respuesta sin vacilaciones ni dilaciones debería ser “en Dios”.
Cuando estamos en el proceso de madurar en nuestra vida espiritual, de vez en cuando resbalamos y esto forma parte del proceso. Se trata de una lucha constante en la que a veces caminamos con firmeza, y otras veces nos desviamos.
Dios es nuestra roca firme y nuestro guía, nuestro Dios todopoderoso, justo y misericordioso como lo afirma el verso “Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.” Y como si fuera poco el Salmo 31:3 dice: "Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás"
David, todo un siervo de Dios, también resbaló muchas veces y en asuntos graves como adulterio y homicidio; pero en cada ocasión se arrepintió de corazón y clamó a Dios por su perdón “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.” (Salmo 51:1,2).
Debemos tener la confianza, en que Dios siempre está ahí para perdonarnos y levantarnos "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad."(1Juan1:9).
Cuando caemos, nuestra tendencia es a mirar hacia abajo y nunca hacia arriba, cayendo en el desanimo y la postración espiritual que termina inclusive, por destruirnos físicamente "Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1-3)
Dios ha hecho la provisión para nuestra restauración. Por profunda y dolorosa que haya sido la caída, si hay arrepentimiento y nos apartamos del pecado, Él, en Su misericordia nos levanta. Si has resbalado, o temes resbalar, agárrate del Señor, y puedes tener la absoluta confianza de que Él te guardará y te llevará “Jehová guarda a los sencillos; estaba yo postrado, y me salvó” (Salmo 116:6)
PREGUNTA: A quién acudes en tu caída?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –