jueves, 16 de junio de 2011

HERENCIA


Tiempo atrás un conocido muy acaudalado, me compartía de su fortuna y la tranquilidad que esto le reportaba en el futuro de sus hijos y nietos. Con respeto escuche sus comentarios y pensaba en lo superfluo y errado de los mismos. Pensaba en el dios de este hombre “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro” (Mateo 6:24) y también pensaba en el momento oportuno para compartirle del punto de vista bíblico en este aspecto.
El hombre del mundo y aún algunos creyentes, pretenden basar el futuro y estabilidad de sus hijos en las fortunas amasadas a través de los años. No les permiten conocer al Dios vivo, pues toda su confianza está cifrada en sus comodidades y lo que van a heredar. Lo que sí es claro, es que Dios y a diferencia de las riquezas materiales, tiene una herencia incorruptible en los cielos; “sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” (Mateo 6:20) y a la cual sólo tendrán acceso aquellos que hayan conocido de forma personal a Cristo y hayan crecido en su caminar con Él “En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos”(Proverbios 14:26). La comodidad terrenal solo genera ignorancia, raquitismo espiritual y no permite que seamos confrontados con el pecado propio y el de nuestras familias.
Sólo cuando seguimos a Cristo y tomamos su cruz, podemos ser tratados, transformados y aprender esa dependencia de Dios de la cual carecen muchos que basan su vida en el dinero “…el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”(Lucas 12:21)
Abuelo rico, hijo buena vida y nieto indigente. Este dicho popular, se ajusta a las muchas fortunas materiales que en el mundo han sido dilapidadas por sus herederos. Muchas y muy cuantiosas; de las que no les ha quedado mas que indigencia económica y espiritual “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan”(Mateo 6:19)
Usted puede orientar y para esto lo ha puesto Dios; “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6) pero nunca pretender hacerse dios.
De algo debemos estar seguros, y es de la responsabilidad que tenemos sobre la pérdida o salvación del alma de nuestros hijos. Cuando suplantamos el papel de Dios en el trato de nuestros hijos, con toda seguridad tendremos funestos resultados    “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”(Mateo 6:21)
Se trata de una eternidad con Dios o sin Él, el relato bíblico no muestra al infierno como el mejor lugar para estar una eternidad y recuerde que “es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”(Mateo 19:24)
PREGUNTA: Cuál es el dios de usted y sus hijos?
                MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -