jueves, 22 de mayo de 2025

NO HAY MAS

Muchas veces encontramos como el hombre a lo largo de su historia ha buscado dioses en donde no hay. Recordamos claramente al pueblo judío en pleno proceso de éxodo (salida) de Egipto, viendo todas las maravillas que el Señor hacía lo reemplaza por un becerro de oro.

Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido” (Éxodo 32: 1b). No bastaron más que unos pocos días para buscarle reemplazo con un poco de metal fundido.

Lo que sí se les abona, es que por lo menos había en ellos un sentido de dios presente y necesitaban ver algo que lo representara. Decimos esto, porque evidentemente no buscaban nada más allá de la punta de su nariz.

El dios que ellos querían no tenía nada que ver con el Dios de su padre Abraham. Y no fue culpa del Señor, ellos poco a poco se fueron alejando el Dios vivo; se habían alejado al punto de no creerle a Moisés cuando llegó a sacarlos de la esclavitud.

Ignorancia?. Evidentemente una falta de conocimiento, y en cierta forma justificada, porque Dios se había alejado de ellos por muchos años en razón del pecado de sus padres. Por esto los dejó cuatrocientos años en la esclavitud de Egipto.

Pero cuando a mí me abren al mar para pasar sin necesidad de un puente o un barco, algo descabelladamente especial está pasando. Cuando recibo alimento del cielo para cubrir mis necesidades, es porque hay un Dios.

Hoy puedo conseguir el mercado en una tienda, pero eso no quiere decir que no sea el mismo Dios de Israel, quien está supliendo alimento para el mundo entero. En aquel tiempo lo hizo para aquellos que salieron de Egipto que eran unos 600.000 después de haber llegado sólo 70.

Es la misma situación de esos tiempos trasladada al día de hoy. Da pesar ver cómo la gente niega a Dios de muchas formas. No será un becerro de oro, pero en el corazón ya se han creado algo que se vuelve un dios y no se dan cuenta. Tal vez el cónyuge, los padres, los hijos, el trabajo o el dinero; pero hay una triste sombra que desplaza al verdadero Señor  “Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí” (Isaías 45:5)

Así las cosas, la ignorancia no era exclusiva del pueblo judío, es de naciones contemporáneas enteras y solo depende de usted apreciado lector, reconocer al Señor y compartir la verdad bíblica sobre quién es Dios.

REFLEXIÓN: Cuando el Señor de la Biblia no está en el centro de su vida, cualquier cosa puede ser su dios!

LA REFLEXION ES PARTE DE LA VIDA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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