El asunto no se queda ahí, en la sola posibilidad de entender que Cristo de despojó de todo para salvarlo a usted. Ahora le toca a usted aceptar ese favor, ese pago de todo lo que usted debe delante de Dios.
Una vez que entendemos el sacrificio de Jesús pasamos a algo, que sin ser un trabajo (obra) o considerarse un aporte de nuestra parte, es vital en todo pago de cuentas. Ya que usted no puede pagar la deuda y hay alguien que sí, lo que toca ver es ver si usted lo acepta o no.
Yo puedo ir con usted y ofrecerle el pago de todas cuotas atrasadas de la hipoteca de su casa, inclusive cubrir toda la deuda pendiente para que le hagan la escritura a su nombre; pero si usted no quiere nada puedo hacer.
Una cosa es que yo quiera ayudarlo con su problema, pero usted prefiere seguir tratando de solucionar por otro lado?. Una cosa es que Dios tenga ese plan maravilloso de salvación en Su Hijo y, pero si usted ni si siquiera le cree.
Así las cosas, es absolutamente indispensable su aceptación de ese ofrecimiento. De lo contrario este se quedará ahí, sin hacerse efectivo como un cheque en blanco a su nombre y al cualquiera que quiera cobrarlo.
Tal vez nadie se lo había contado de esta manera, tal vez usted apenas tiene una religión que le fue heredada; pero lo cierto es que ninguna religión salva, sino sólo Cristo.
Cabe la posibilidad de que en el mejor de los casos, en su religión mencionen a Cristo, pero no pasa de ser un nombre que necesita ser activado como ese elemento impajaritable en el proceso eterno. Como en el elemento químico inerte que precisa de otro que lo active y lo haga útil para ser usado.
Aceptarlo es vital, así como lo es confesar nuestra condición “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). Entender la necesidad del perdón es algo inherente al aceptar el regalo.
Primero se acepta la deuda, luego la oportunidad de que alguien la pague, y si alguien la paga entender el regalo que proviene de la Gracia de Dios. Sólo Gracia, nada que podamos devolver por más que queramos.
Tal vez pueda cubrir la hipoteca con otra, pero ningún sistema financiero se lo va a permitir, y si ese cheque de parte de Dios la cubre, ya nada ni nadie le podrá volver a cobrar.
REFLEXIÓN: Solo cuando usted ha tenido deudas puede valorar un cheque en blanco!
LA REFLEXION ES PARTE DE LA VIDA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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