Por estos días comentaba al dependiente en el mercado, la forma como Dios nos ha enseñado a lo largo de muchos años, a comprar lo que se necesita y no lo que se desea. Recién casados llenábamos uno y dos carros de cosas, para luego ver como se perdía mucho de esto en el refrigerador.
Esta forma de hacer compras, hace que uno vaya por los pasillos llenando los carros de productos que realmente no necesita y solamente obedeciendo al ojo. Excelente para estos negocios y aterra ver personas, que no revelan mayor poder adquisitivo llenándolos y pagando en caja con tarjetas de crédito.
Tiempo atrás tuvimos el caso de una señora que nos ayudaba en casa, a la que le otorgaron una tarjeta sin mayor problema y con buen cupo. Ella gastó y gastó sin percatarse de que todo eso tocaba pagarlo.
Otros adquieren un televisor de última generación y de gran tamaño en teoría para distraerse y junto a una o unas suscripciones de las conocidas plataformas de películas o deporte; el tipo de compra que puede llegar a absorber en extremo hasta al creyente más establecido si no se tiene cuidado.
Es tanto el dinero que se desperdicia si no se sabe administrar y el tiempo que se pierde viendo la tele, y, que para aquellos que gustan del cine, esto se ha convertido en una muy cómoda y rápida forma de olvidarse de lo valioso que es el tiempo.
Son casos como estos, en los que una mala administración de los recursos o el mal empleo de una bendición, no sólo ayuda a cubrir las necesidades de una familia, sino que se puede convertir en una puerta abierta a la perdición.
Coyunturas en las que algo bueno se convierte en algo malo “…que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz” (Isaías 5:20; y en que aquello que luce como bendición se transforma en maldición. Hemos llegado votar a la basura toneladas de comida que otros necesitan y a llevar a nuestros hogares, lo que hace cuarenta años sólo se veía en los antros de mala muerte.
REFLEXIÓN: No se puede esperar una nueva generación sana, cuando se le alimenta con basura!
REFLEXIONAR EDIFICA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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