martes, 25 de mayo de 2021

A LA VISTA

El ladrillo es uno de los utensilios de mampostería con más utilización en el mundo y de una antigüedad que se remonta al año 8000 antes de Cristo. Es interesante observar que su diseño no ha cambiado en lo básico aunque ha sido reemplazado por otras opciones más modernas, pero nunca con su duración.

Algo destacable es que a pesar de los cambios realizados desde su diseño original como sucesor del adobe, sigue siendo la base de una construcción formal y duradera. Esto contrario a los métodos utilizados hoy día y que no reportan la misma seguridad y costos.

No obstante y saliéndonos un poco de la historia del ladrillo, nuestra reflexión tiene que ver más, con aquellos ladrillos que por algún descuido en el manejo del horno se queman. En un comienzo se desechaban por que se buscaba la perfección en un ladrillo a la vista.

Se desarrollaron tendencias basadas en el acabado del frente como el ladrillismo de Alemania y Holanda. Un buen día alguien optó por recoger esos desechos a ningún costo, y utilizarlos para fines muy poco dignos; pero terminó construyendo una casa con una fachada más que especial. Al punto de que se impuso una fachada rústica de gran belleza y apetecida hoy.

En el mundo laboral siempre se busca lo mejor, los head hunters se esmeran por ofrecer las mejores hojas de vida del mercado al igual que con los ladrillos a la vista, el tema exige una excelente presentación.

Nos encontramos aquí, con que aquel que un día recogió los ladrillos quemados no fue el primero. Dios nunca ha buscado a nadie por sus títulos o apariencia y por el contrario se concentra en su interior.

Se ha fijado en su esencia y no en cómo luce, pues no hay nadie que tenga algo digno de un Señor con Él. Por otro lado, prefiere recoger a los más dignos de lástima y restaurarlos.

Lo hizo con Moisés, David y con toda la nación de Israel; Jesús lo hizo con sus discípulos y lo hace con nosotros. Esto para que nadie se sienta orgulloso y reclame derecho alguno; para poder hacer una reingeniería completa y no lidiar con orgullos previos.

Qué privilegio ser parte de esos ladrillos quemados o desportillados Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (2 Corintios 4:7), de aquellos que todo el mundo hace a un lado y con los que el Señor construye Su iglesia.

Que las apariencias no nos engañen, porque está comprobado que un ladrillo recocido tiene una perspectiva de vida del doble al de uno a la vista.

REFLEXIÓN: Estar recocido implica estar mejor formado!

REFLEXIONAR EDIFICA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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