En el mundo secular, el hombre se ve involucrado
en una a veces imparable carrera por formarse académicamente. Es interesante
ese afán por estar mejor capacitados en lo que se quiere ejercer como sustento,
así como también hay otros que simplemente se conforman con lo básico.
Obviamente hay muchas aristas a contemplar
en este asunto y es importante ver las motivaciones que dirigen estos
intereses. Entre los que se quedan con lo básico, tenemos los que piensan que es
suficiente y otros que no pueden por tiempo o dinero.
Entre los que lo asumen con un afán
casi obsesivo, tenemos los que lo hacen por alimentar un ego insaciable o por
que no tienen nada más que hacer. Contados son aquellos que lo hacen por
altruismo y el afán de servir adecuadamente.
Siempre está presente el tema
económico, tratar de escalar, obtener mejores posiciones y ser mejor que
los demás; pero no por servicio al prójimo.
En ésta carrera es importante
contemplar, que hay algo de mucho más y vital importancia que el
yo; está el conocimiento de Dios y sus muchas
facetas que aunque sencillas, el hombre las desecha por unos problemas algebraicos.
Para el creyente también aplican estas
opciones; la de quedarse calentando un banco en el templo el resto de su vida y el que quiere crecer en conocimiento y vida delante de Dios.
Hay algo claro, y es que el Señor no
quiere que nos limitemos a recibir, sino a dar. “Que
nunca me conforme con lo aprendido de Dios en la Biblia” (Romanos 8:29).
Compartir el Evangelio con los perdidos
es la tarea más importante que Cristo nos dejó; en dónde está usted?.
Es para usted amigo creyente importante crecer en el conocimiento de la Biblia y dimensionar correctamente la
voluntad de Dios?. Al final del camino tendremos que enfrentar el Tribunal de Cristo; será suficiente sólo con haberle
recibido y nada más?
Dentro
de lo mucho que hay en la Biblia, existe otro verso que encaja en
cualquier ser humano: “Ciego,
sordo, invalido, leproso, poseído o muerto; cualquiera de estas condiciones
encajaba en mi vida” (1Corintios 2:14). En cuál de estas estaba usted;
estamos seguros que alguna le aplica; pero que está haciendo para
agradecer a Cristo que lo sacó de allí?
No
hay excusa posible cuando se tienen tantos recursos. Institutos bíblicos es lo que hay y por
muchos medios; radio, televisión, internet, el teléfono y casi todos gratuitos.
A estos o al más simple, rico y accesible de todos los
métodos: la oración. Santiago dice “…si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y
le será dada.” (Santiago 1:5).
REFLEXIÓN: El que no crece es
por que no quiere!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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