martes, 5 de febrero de 2019

POR BOTIN


Cuando uno conversa con cualquier persona por más de dos minutos, en una visita programada o eventualmente en una sala de espera, la encontramos siempre en la búsqueda de algo o alguien. Siempre habrá algo nuevo y a su parecer mejor para su vida, su futuro, su familia o su negocio.
Pasamos la vida buscando algo  y lo complicado del tema es si esa búsqueda valdrá la pena o no. En una ocasión en que Dios entregó su pueblo a sus enemigos por su pecado, tuvo misericordia y mostró previamente lo menos malo de lo que se venía.
Les aconsejaba de la no búsqueda de posesiones en una tierra que iba a ser destruida; para qué trabajar y luchar por algo que no vale la pena. Compraría usted un terreno y construiría una casa en un sitio en el que muy pronto va a pasar una autopista?
Creo que no y eso mismo es lo que nos viene diciendo Dios en la Biblia por siglos. Que debemos ser proactivos, construir y soñar sí; pero para una eternidad con Él. Observe usted lo que dice aquí Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra. ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares a donde fueres(Jeremías 45:4,5).

Cuando uno es advertido sobre un mal que viene, lo indicado es buscar, obedecer y esperar ese algo nuevo y mucho mejor que se nos ofrece. Desde luego que mientras esto ocurre no nos podemos quedar quietos y esperar que todo nos caiga del cielo; pero debemos hacerlo con la perspectiva adecuada.
Recibir la vida por botín, por ganancia frente a lo que se venía era suficiente para el pueblo y es lo mismo que nos advierte hoy. Desafortunadamente la gran mayoría no quiere ver más delante de su nariz y se remiten a poner su confianza en el hoy.
No piensan en el mañana eterno que tarde o temprano tendremos que enfrentar; para nada sobra reflexionar sobre el tema y empezar a tener en cuenta estas recomendaciones que Dios nos hace con el mismo amor con que lo hizo para su pueblo. Es un asunto que marcará el futuro eterno suyo y no sólo los setenta años promedio que vive aquí.
Dios en su hijo Jesucristo nos da la vida eterna a pesar de nuestro pecado, qué más queremos?. Esto no se trata “del ahogado el sombrero”; se trata de entablar una relación seria con Cristo, pero con la orientación adecuada y pensando más allá del futuro inmediato.
REFLEXIÓN: Que el presente no lo seduzca más de lo que debe hacerlo la eternidad!
REFLEXIÓN QUE  CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡COMPARTA DE GRACIA, LO QUE DE GRACIA RECIBE!
Síganos en Twitter:  @ReflexionBi