En todos los casos de la vida, siempre hay una característica que sobresale no importando lo
complicado que sea el panorama. Cuando miramos a nuestros hijos, siempre
encontramos rasgos específicos que los diferencian entre ellos.
Uno es organizado y metódico aunque
con mal genio, mientras que su hermana que está siendo criada en las mismas
condiciones de alimentación, educación y normas de hogar tiene su cuarto al
revés y allí es mejor no entrar. Éste ejemplo puede ser invertido, que el
hermano sea el desordenado y su hermana la organizada; pero de buen genio.
En una situación de desastre como un
terremoto o un incendio, sentiremos las pérdidas; pero siempre queda algo; algo
rescatable de las personas y lo material.
Para la reflexión tenemos a la luz de la Biblia la muerte física del
creyente como algo bueno; si a usted le preguntan qué opina de la muerte, estamos
seguros que dirá que es lo peor que le puede pasar a alguien.
En el mundo se dice que todo tiene
solución, menos la muerte y la ven como el fin. Hoy le quiero contar que Dios
nos hizo un favor con ella. Una vez que el hombre y su pareja pecaron en el Edén,
el Señor tomo las medidas adecuadas para su nueva condición.
Dios sabía que el hombre iba a caer,
Él conoce su condición y la mía, y todo esto estaba perfectamente previsto. El
plan de salvación en Cristo era, es y será la única forma de salvarnos, pero hay
algo más.
El hombre comió del árbol del
conocimiento cuando se le advirtió que no lo hiciera; en ese momento empezó una
vida miserable de pecado, que sólo podía traerle desgracia y Dios tenía que
hacer algo por él “Y dijo Jehová
Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal;
ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y
coma, y viva para siempre” (Génesis 3:22).
Dios nos hizo el
favor al darle un término a esa condición; Él no nos podía dejar viviendo en
ésta miseria para siempre y es ahí cuando confirmamos que el Señor siempre sabe lo que hace. La muerte física no es mala, nos hace el
inmerecido favor de librarnos de ésta carne.
El mundo es un sitio
corrompido y cada día se degrada más; quisiera usted seguir viviendo así por la
eternidad?. Ya lo creo que no, de hecho pienso que usted está cansado de
esto y no quiere llegar a los noventa en estas condiciones.
Basado en esto, creo
que de ahora usted se propondrá buscar la solución y se referirá a la muerte como
algo bueno. Dios no quiere que usted siga así, sino que quiere darle vida y
vida eterna con Él; pero esto sólo se puede lograr con Cristo en el corazón.
REFLEXIÓN: Cuando la
muerte parece mala, siendo realmente una vía de liberación!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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