“En aquel tiempo haré
retoñar el poder de la casa de Israel. Y abriré tu boca en medio de ellos, y sabrán que yo soy Jehová” (Ezequiel 29:21)
Como creyentes establecidos y con un
genuino compromiso con Dios, muchas veces nos preguntamos cómo intervenir en la
Obra y Dios nos muestra de muchas formas a través de su Palabra.
El problema radica en que estamos tan
acostumbrados a hacer las cosas al estilo de éste mundo caído, que en todos los
casos prima nuestra planeación y nuestro propósito; pero no el de Dios.
Queremos dar a conocer el mensaje de
Cristo al incrédulo y de pronto ayudar a muchos que en teoría lo conocen, pero no
lo viven. Es importante estar detrás de estas personas y exhortar; pero nuestra
prioridad debe ser llevar éste valioso y definitivo mensaje a los que
desconocen.
Dios nos ha puesto como punta de lanza
y así ser participes de Su trabajo en la conformación de la iglesia de Cristo
en la Gran comisión; pero para intervenir campos nuevos y no los que han sido mal
plantados o mal cuidados.
Este es uno de los grandes problemas
de la iglesia contemporánea, dedicarse a reciclar “cristianos”, que migran
constantemente de congregación y no han entendido el mensaje de la cruz.
En este propósito encontraremos todo
tipo de terreno, desde la tierra más fértil hasta el desierto mas pronunciado,
sin embargo la Palabra nos llama a plantar sólo Biblia, que Dios se encargará
del resto.
Vemos personas que han sido influenciadas
a lo largo de muchos años por el Evangelio o que inclusive han nacido en
hogares creyentes, sin embargo siguen dándole la espalda a Dios.
De hecho, es más fácil trabajar en
campos nuevos y de pronto fértiles, que en campos plantados, arados y regados. Debemos
centrar nuestros talentos en dar la oportunidad a muchos que no han escuchado y
gozarnos como lo hace el cielo en cada nuevo pecador que se arrepiente (Lucas 15:7).
PREGUNTA: En qué o quién enfoca usted
el trabajo en la Obra?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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