martes, 23 de febrero de 2016

RECORDATORIO




"Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Colosenses 3:2)

Cada día nos enfrentamos a una constante lucha entre la carne y el espíritu, a querer hacer lo indicado; pero fracasamos en el intento. En días pasados una señora incrédula, pero con una gran necesidad de conocer verdades, me preguntaba sobre la razón de estos fracasos.

“Es que cuando por alguna circunstancia llego tarde a la oficina y para evitar regaños digo una mentira blanca” decía. El trafico de la ciudad, el niño está enfermo o cualquier excusa; pero siempre mentira y con una capacidad de inventiva que no tengo para lo bueno.

Le expliqué que la respuesta obvia y bíblica tiene que ver con la naturaleza del ser humano sin Cristo. Es una naturaleza caída y le preguntaba si ella había tenido que enseñarle a sus hijos a mentir?. Ella dijo que no y entendió claramente la incapacidad de abstenerse de hacerlo y la necesidad de la ayuda de Dios.

La mejor manera de estar lejos del pecado, es que Jesús esté entre usted y la tentación, pero esto no va a pasar si antes no aceptamos nuestra necesidad de Él como lo hizo aquella señora.



Cuando miramos al señor Jesús, Él se convierte en un poderoso recordatorio de que nuestra antigua vida ha muerto y que ahora “está escondida con Él en Dios”. Sólo Él hace posible un cambio y cuando tenemos en nosotros al Espíritu Santo como producto de haber recibido a Cristo, nuestra vida comienza a dejar el pecado.



No habrá perfección por lo pronto, pero habrá alguien con nosotros que nos hace abstenernos de pecar tanto. Ya sea que se trate de un versículo memorizado o pegado en el tablero de automóvil, en su computador o el libro que lee, escoja un método visible si es necesario, para elevar sus pensamientos a la presencia de Dios.



Esto le ayudará con seguridad a recordar la necesidad de mantenerse sustraído del pecado.



PREGUNTA: Necesita usted ayuda visible para no pecar?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –



¡SI EN ALGO LE HA ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!