jueves, 25 de febrero de 2016

ESPERAR



“…pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:31)

La Biblia nos enseña a descansar en Dios para todo en la vida, pero es común encontrar personas agotadas cualquiera que sea su actividad por una fe debilitada, por su incredulidad o por su desobediencia.

Se nos dan seguridades en todo sentido. En el alimento, el abrigo y demás; pero esa relación a veces lejana con Dios, en la que hemos sido entrenados por generaciones, hace que sea difícil apropiarse de la presencia de un Padre con Él.

Frente a las necesidades se nos ha enseñado al conformismo y en la muerte resignación; pero nunca a creer, obedecer, descansar y esperar. Es necesaria una reingeniería que cambie del todo el chip impuesto por la religiosidad y entrar en una era de “esperanza”.

La sociedad moderna de otro lado imparte una dosis de autosuficiencia, que acaba de minar el corazón de los hombres, o los pone en condición de incapacidad frente a los desaciertos, que hacen llegar a los afectados a la depresión.

En este orden de ideas, vemos como lo que la psicología muestra que la depresión, es un asunto eminentemente mental, que en otros casos obedece a desequilibrios físicos y nunca la muestra como una falencia espiritual.

Esto en el caso del incrédulo; pero la falta de confianza en lo que Dios hace por los creyentes es una constante en muchos casos y tarde o temprano, ha de agotar al cristiano promedio.

Si este es el caso de usted como creyente apreciado lector, los invitamos a leer una y otra vez lo que Dios ofrece en el verso de hoy. Sólo la Palabra lo habrá de ministrar para creer, confiar y obedecer.

Que difícil debe ser para Dios, tratar con un pueblo incrédulo o desobediente, que sólo quiere moverse en sus fuerzas y no deposita su esperanza en Él. Que la tarea para el hijo de Dios (creyente), sea obedecer, confiar y esperar en la perfecta voluntad de aquel Señor para el que no hay imposibles y sus promesas.

PREGUNTA: Qué tanto espera usted en Él?


REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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