viernes, 19 de febrero de 2016

ALEGRES



Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres” (Salmos 126:3)

Una de las expresiones  más olvidadas de la sociedad de hoy, es la alegría. Éste es un término ya casi salido del léxico del hombre de hoy que sólo experimenta momentos de satisfacción cuando logra sus metas.

Esta satisfacción obedece más al logro obtenido frente a un reto o a un deseo, que a la especial sensación de bienestar del que está alegre.  El ser humano de hoy, se ha embarcado en una cadena de condicionamientos de muy difícil o imposible satisfacción.

Esto obedece a que todos estos retos, están basados en deseos y no en necesidades. Cuando uno come con apetito y lo hace de manera racional hasta satisfacer el hambre experimenta bienestar; pero cuando lo hace desenfrenadamente hasta llegar a la gula, el asunto se transforma en malestar.

Algo similar ocurre cuando se busca trabajo, bienes o títulos; se logra y ésta efímera satisfacción se reemplaza por otro deseo más grande. Cada vez habrá otra meta por alcanzar y no censuramos el progreso, pero sí la codicia que se esconde allí.

En el verso de hoy, Dios nos invita a estar alegres por el sólo hecho de contar con Él. Qué más podemos buscar fuera de Dios es la pregunta. Es un Padre, que ha prometido proveernos de todo lo necesario y no de lo suntuario.

Esta es una sociedad, en la que todos los días se vende la idea de algo más. La radio y la televisión viven de promocionar productos que no son necesarios; pero lo hacen ver como si lo fueran.

Si el efectivo no alcanza, para eso están las tarjetas de crédito y se cae en la trampa.; pero ahora con deudas que no permiten experimentar alegría permanente. Un mundo está gobernado por el “enemigo” y nada mejor para él, que mantener la gente inquieta por las nuevas “necesidades” y la angustia de pagarlas. 

Vaya circulo!

PREGUNTA: Ha experimentado usted la alegría de tener a Dios en su vida?

  REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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