martes, 4 de agosto de 2015

PROMESAS



“No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió” (Josué 21:45)

Cuando una persona entra en la adquisición de un inmueble, suscribe una promesa de compra venta en la que se plasman todos los asuntos relativos al negocio para darle seriedad.
Una vez suscrito, no existe posibilidad de alterarlo y menos cuando ha sido autenticado por un notario. En este orden de ideas las cláusulas descritas en dicho contrato han de cumplirse indefectiblemente o se incurrirá en sanciones.

Al momento de hacerse cristianos por la Gracia de Dios, algunos entienden que su nueva condición radica en esperar que sean cubiertos sus requerimientos en salud, economía, trabajo y otros. El enfoque se hace más fuerte en pedir que en poner su mirada en lo que representa ese Dios proveedor.

Algunos enseñan sobre la necesidad de pedir y esto es válido hasta cierto punto, pues Cristo nos enseñó a orar y a esperar en la voluntad del Padre; pero lo que sí es cierto, es que Sus promesas ya están dadas para los que aceptan ser hijos de Dios y al igual que en el contrato de compra venta, éstos términos son inamovibles.

Bendición o maldición frente a una fe que obedece los parámetros de Dios o no y Él no necesita que se lo recordemos. Dentro de las bendiciones se incluyen todas estas variantes mencionadas y lo único que se debe hacer es esperar en Él y en Su tiempo.

Es muy fácil desarrollar este espíritu pedigüeño, pero qué tanto se agradece o conoce a Aquel en quien esperan. Más cuando se enseñan doctrinas de sanidad o lenguas ya no vigentes y equiparables a las que sólo predican prosperidad.

Es importante confiar en las promesas de Dios y apropiarse de ellas antes de seguir pidiendo. El meollo del asunto está en conformar cada día más el carácter a Aquel que las dio, en desarrollar el sentido de contentamiento que Él espera y buscar sabiduría en vez de las cosas que se ven.

PREMESA: Es su constante pedir y pedir?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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