“Porque los malignos
serán destruidos, Pero los que esperan
en Jehová, ellos heredarán la
tierra” (Salmos 37:9)
Cuántas veces se ha encontrado usted
esperando algo en su vida?. Un trabajo, un proyecto, la salud perdida, un hijo
o un esposo. Muchas de estas parecen no llegar o por lo menos en nuestro tiempo,
sin embargo de todo esto se ocupa Dios.
Escribimos a creyentes que tienen
puesta su esperanza en Dios y para los cuales Su voluntad debe ser importante;
no obstante en muchos casos quisieran ayudarlo con sus recursos e ideas.
Hoy tenemos un ejemplo clásico de la
Biblia y cuyas consecuencias determinaron un cambio significativo en los planes
de Dios para Su pueblo. Cuando Él vio la necesidad de Abraham y Sara de
procrear, les dio una promesa que se iba
a concretar en el tiempo y poder de Él.
Al hablar de un hombre finito e
imperfecto todo puede pasar y está sujeto a cambios o imprevistos; pero cuando lo
hacemos del Todopoderoso, nuestro deber no puede ir más allá de confiar y
esperar.
El caso de Abraham ha dejado una secuela
de conflictos que aún no termina para sus descendientes; que comenzó con el
nacimiento de Ismael en una esclava egipcia aunque esto era una práctica muy usual en esas
culturas y sólo con ánimo de ayudar en aquella promesa.
Han pasado varios siglos, sus
consecuencias están ahí y van a estar hasta el fin de los tiempos. No hay nada
más nocivo en nuestra relación con Dios que pretender ayudar Al que todo lo
puede y el paso dado por Abraham no fue el indicado.
Hay personas que en su afán de tener familia
acuden a tratamientos de inseminación, contratan un vientre o adoptan entre
otras opciones. Lo claro es que en cualquiera de estas no se está aceptando la
voluntad de Dios, priman sus deseos y recurren a procedimientos no aprobados
por Dios y sin tener en cuenta las consecuencias de su falta de fe.
Es por eso apreciado lector que si
usted está esperando algo del Señor, le invitamos a obedecer, a esperar, a
confiar y poner en práctica su fe. A entender que nada de lo que usted pueda
inventarse por creativo que sea, podrá ser de más bendición que lo que el mismo
Dios le dará (Salmos 146:5).
PREGUNTA: Qué esta esperando de Dios?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡SI EN ALGO LE HA
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