“Porque el pecado no se
enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14)
En la Biblia se describen claramente dos
líneas de salvación. Una en el Antiguo Testamento y la segunda en el Nuevo, que
son una misma en esencia, pero con una diferencia abismal dependiendo de la
forma como se asuman.
La línea de pensamiento derivada de la
ley para el pueblo judío en la antigüedad, hace que hoy en la era de la Gracia
de la iglesia para el pueblo gentil, éstas se constituyan en un obstáculo para
el incrédulo.
La falta de conocimiento y claridad
entre un plan y el otro, no le permite al incrédulo optar por lo que espera
Dios de éste. Las dos van juntas, sólo
que la ley, a pesar de haber sido un absoluto en el principio para la Gracia, se
cumple hoy como resultado de la otra.
La ley fue un instrumento de Dios en
tiempos de Moisés y por muchos siglos para el pueblo judío. Ésta ley fue y
sigue siendo el motivo y razón de ellos; pero luego de la venida Cristo(El
Mesías), ésta sin ser eliminada como Él mismo lo expresó, no es la principal
fuente de salvación para el hombre.
Vale la pena anotar que la Ley
entregada por Dios mismo en manos de Moisés, no salvó y fue en si misma como lo dice (Romanos
7), un instrumento de muerte para muchos y lo sigue siendo a pesar de su
santidad.
La ley convertida en normas por la
religión no transforma, sólo se limita a cambiar un comportamiento externo;
mientras la Gracia sí ejecuta un cambio interior. La prioridad está en recibir
la Gracia para ser salvos, y la ley es apenas el resultado de lo que hace la
Gracia y podemos afirmar que el cumplimiento de la ley en una persona, es la
confirmación de la Gracia recibida.
Dios conocedor de la naturaleza caída
del hombre, no quiere deberle nada a nadie y por eso da todo por Gracia(gratis).
Si la salvación estuviera supeditada al cumplimiento de los mandatos de una
religión de hombres, cualquiera podría enorgullecerse de haberla logrado por
méritos propios.
La Gracia hace que entendamos nuestra
condición de pecadores y se convierte en el puente de gratitud necesario para
una relación con Dios. Es muy importante entender esta diferencia; pero al
mundo se le ha enseñado por generaciones todo esto.
Vale la pena dimensionar el gran mal
que se le ha hecho a la humanidad por siglos con éste plan de desinformación,
pues sin duda ha sido orquestado por Satanás y sus seguidores. Si todos los
días se suma a la población mundial 200.000 personas, cuántas almas se pueden
estar perdiendo por la esta razón?
PREGUNTA: Ha entendido usted la Gracia
de Dios?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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