martes, 9 de junio de 2015

INCLINA SU VOLUNTAD



“Tú oirás desde los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y les harás volver a la tierra que diste a ellos y a sus padres.” (2Crónicas 6:25)


En ninguna parte de la Biblia se habla de que Dios incline su voluntad frente a alguna circunstancia, salvo en aquella donde habla de perdón. A Dios lo mueve el arrepentimiento genuino del hombre y no sólo perdona, sino que restablece y bendice.
Para el hombre es muy difícil perdonar o pedir perdón y es algo que debería procurar, pues esto genera un clima de comunión especial con el Señor.


Dios reiteradamente nos pide y espera que nosotros perdonemos. En el modelo de oración que nos da, inclusive deja supeditado el perdón nuestro al que otorgamos a los demás.
Nos invita a tratar de manera más especial a los enemigos que a los que nos quieren, esto en el entendido de que nada loable hacemos cuando sólo miramos bien a los que profesan algún cariño por nosotros, ignorando a los que nos persiguen.


El asunto no es fácil y se torna aún más complejo, cuando se nos mide con la misma medida que lo hacemos nosotros. Esto en pocas palabras, habla de que el trato que nosotros recibiremos, es la medida exacta de aquel que hemos dado.


Las normas de Dios son claras y de un carácter inamovible; pero asombra que en nuestra modesta presentación como hijos suyos, lo único que mueve Su corazón es el que nosotros decidamos obedecerle frente al perdón.


Dar un poco de perdón frente al infinito recibido, es un tema que nos debería mover por si solo, y debe existir aún algo más de fondo en este aspecto, que hace que Dios asuma una conducta tan particular.


Valdría la pena pensar en el porqué de no pedir perdón y perdonar, si esto abre la puerta a tanta bendición?


PREGUNTA: Se ha preguntado cómo mover la voluntad de Dios?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


¡SI EN ALGO LE HA ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!