“En él asimismo tuvimos
herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su
voluntad” (Efesios 1:11)
Objeto, mira o cosa que se pretende
conseguir dice el diccionario en español sobre la palabra “propósito”, y éste es
textualmente el uso que el hombre le da en su vida. Todo lo que el ser humano
desea o codicia se convierte en uno.
Lo que no tiene claro este hombre, es
que adquirir una hipoteca para una vivienda, un crédito para un carro, otro para
educarse o para las vacaciones y pasarse la vida trabajando para pagarlos, no
es el significado del propósito para el que Dios lo ha creado.
El contexto de ésta palabra para el
hombre común, está encerrado en una serie de sofismas que lo distraen del
verdadero significado de su vida. Actividades que no le permiten ver que Dios los
ha puesto en la tierra durante un tiempo para encontrarnos con la verdad de Él
y restaurar nuestra relación en Cristo.
Un día y al final de un arduo camino,
el hombre se va a encontrar con que perdió toda su vida en cosas que no
aprovechan y que ya no hay marcha atrás. Cuando sus días en la tierra terminen,
se verá separado de Dios, confinado en un infierno literal por la eternidad y grande
será la desilusión.
Hay esperanza y es la que ofrece Cristo en
su cruz, pero usted no quiere aceptarla. La mira de lejos y la ignora; Dios
todo el tiempo le invita y llama a su puerta de muchas formas, pero usted no
quiere abrirla.
El día anterior y de corazón, le
insistía a un joven sobrino sobre esto y comentamos lo superfluo de la vida;
pero cuando uno es joven cree que tendrá todo el tiempo para pensarlo y otra muy
diferente es la realidad.
Nadie tiene la vida comprada, la
muerte está a la puerta y si es hoy cuál será el destino de su alma. Debemos re-contextualizar
esta palabra y darle la dimensión que tiene para Dios, pues sólo así habremos
tenido un “propósito”.
PREGUNTA: Y cuál es su propósito en la
vida?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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