“Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo;
porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no
seas rey sobre Israel. Y volviéndose Samuel para irse, él se
asió de la punta de su manto, y éste se rasgó“(1 Samuel 15:26,27)
El tema de hoy tiene que ver con las
motivaciones del Creyente, en dónde o en quién descansa su fe y convicciones.
En el antiguo testamento encontramos un ejemplo claro en la vida de Saúl como
rey de Israel. Obviamente era otro contexto, pero mientras él tuvo el favor de
Dios todo funcionó.
En la vida de Saúl podemos encontrar
una marcada dependencia de Samuel como el profeta que lo ungió, le orientaba y
hablaba de parte de Dios. Mencionamos el contexto del tiempo de Saúl y lo
hacemos pues por ese entonces se dependía de un profeta puesto por Dios para dar
a conocer Su voluntad.
Cuando Saúl perdió el favor de Dios
por su desobediencia, se sintió más rechazado por Samuel que por el mismo Señor
y lo demostró al asirse de su manto hasta romperlo o cuando ante
la muerte del profeta, buscó a una adivina para comunicarse con él.
En este contexto cabe preguntar en
quién confiaba Saúl?. Su encuentro había sido con Dios o con un hombre?. En
dónde estaba depositada su confianza, pues el favor lo recibió de Dios, no de Samuel y si confiaba en Dios a debido buscar el perdón de Él.
Todas estas preguntas caben en el
creyente de hoy y vale la pena que hagamos un balance a conciencia de nuestra
vida y propósito frente a Cristo. Nos hemos encontrado con Cristo o con un
hombre. Es el pastor como siervo de Dios el que rige su vida y la de su
familia?.
Hoy no tenemos profetas de acuerdo a
la Biblia y la única fuente de conocimiento sobre la voluntad de Dios está en
la misma. Nuestra confianza debe reposar únicamente en Cristo y lo que nos
muestra la Palabra.
Andamos en un mundo cristiano lleno de
idolatrías; de confianzas puestas en lo que dice un hombre llámese pastor,
cantante, evangelista o líder, y el Señor es muy claro en Jeremías 17:5 cuando
dice que maldito el hombre que confía en el hombre.
Que este verso nos confronte y permita
ver con quién nos hemos encontrado, con Cristo o con un hombre!. De quién hemos
recibido el favor de la salvación, de Cristo o del hombre!
PREGUNTA: En quién reposa su
confianza?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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