“Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado
eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi
Padre que está en los cielos“(Mateo 16:16,17)
Cualquiera
que haya leído los Evangelios, encontrará en el apóstol Pedro a un personaje
fuera de serie. A pesar de que había algunos seguidores de Jesús más versados
en la ley, este hombre que apenas tendría intelectualmente hablando lo básico
para sostener una conversación, demostró ser un verdadero seguidor de su
Maestro.
No
importando su negación en tres oportunidades anunciada por el Señor, se mantuvo
con el arrojo y determinación que hacía falta en sus compañeros. Obviamente
esta negación estaba en control de Dios y apenas era parte de la formación para
él, pues luego lloró amargamente al sentir que traicionó a su líder.
Fue
él quien dijo: “en tu palabra” echaré la red luego de haber estado pescando
toda una noche sin resultados (Lucas 5:5). Fue él quien se atrevió a increpar
al Señor cuando éste habló de morir sacrificado. Fue él quien sin pensarlo dos
veces se lanzó a caminar sobre el agua desde la barca cuando vio a su Maestro
(Mateo 14:28). Fue él quien en un arrebato por proteger a Jesús cuando lo
capturaron, le cortó la oreja al siervo de los sacerdotes (Juan 18:10); pero
también fue él quie no vaciló en reconocer a Jesús como el Hijo de Dios (Mateo
16:16).
Estas
y muchas otras referencias hacen de Pedro un creyente genuino y como ejemplo
para todos hoy. Ese andar a medias de muchos no es aceptado por el
Señor; Él quiere un si o un no, un frio o un caliente de parte suya; pero no un
tibio (Apocalipsis 3:16).
La
Biblia describe al hombre de doble ánimo como inestable en todos sus caminos; esperamos que usted no sea uno de
estos ya que que a los tibios los habrá de vomitar.
Que
Pedro a pesar de su falta de formación intelectual o riqueza, se convierta en un ejemplo
para usted querido lector. Usted no puede si ya es creyente, seguir siendo de aquellos que Dios va a poner al lado de los cabritos.
PREGUNTA:
Ya ha caminado usted sobre las aguas mirando a Cristo?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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