jueves, 19 de marzo de 2015

SANGRE DIFERENTE



“Casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22)

Días atrás reflexionamos sobre la razón del sacrificio de Cristo y dijimos que todo está basado en un requisito establecido por Dios desde el mismo principio. Vemos como la ofrenda aceptada por el Señor entre Caín y Abel, fue la del segundo que presentó un cordero.

Desde entonces y hasta la ley mosaica, encontramos varios testimonios de un sacrificio con sangre para el perdón de pecados, hasta llegar a Cristo como el cordero perfecto con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:19).
El meollo del asunto radica en el derramamiento de sangre, pues en la Biblia encontramos que es ésta la portadora de la vida “Porque la vida de la carne en la sangre está” (Levítico 19:11).

El verso de hoy nos muestra cómo sin el derramamiento de sangre no hay perdón de pecados y la sangre de Dios hecho hombre, habla de una sangre  especial y perfecta como todo lo que proviene de Él.

Nos dice que fue por Su sangre y no por cualquier sangre. Este pasaje establece la sangre de Cristo como remisoria de “pecado” y no de pecados. Esta sangre tiene la capacidad de cambiar la condición de una persona y no simplemente de perdonar acciones pecaminosas.

Cambia de una forma radical la condición de pecado que traemos de nuestros padres frente a Dios y de ahí la importancia de tener nuestra fe y confianza puesta en Cristo.

Es definitivo para el hombre de hoy contar con el aval de la sangre de Cristo para salvación, así como el hombre antiguo confió en la de un animal para el perdón de pecados. Sólo la sangre “especial” de Cristo, puede dar vida.

PREGUNTA: Ya cambió usted su condición de pecado con la sangre de Cristo?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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