martes, 10 de febrero de 2015

DIMENSIONAR



Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama” (Lucas 7:47)

Una de las tristes características del ser humano, es la de no tener la capacidad de dar por lo menos lo que ha recibido. Ni siquiera en algo tan básico como el perdón que recibimos de Dios. Siempre  demuestra su tendencia a apropiarse egoístamente de todo no importando si se trata de afectos, sentimientos, cosas materiales o intangibles.

Con cuántas personas nos encontramos en el día a día cargadas de rencor, intolerancia y haciendo objeto de sus bajos instintos al primero que se encuentran. Hay rencores casados con determinadas personas que pueden durar años o toda la vida.  Odios y raíces de amargura que tarde o temprano dejan ver sus tentáculos en la salud física de aquellos que las portan.

Si este fuera el parámetro de medida y en consecuencia respuesta de Dios, la humanidad entera hubiera desaparecido muchos años atrás. En una ocasión, el comportamiento del pueblo hebreo en el desierto era tan errático a pesar de tener la presencia del Todopoderoso, que el mismo Señor sugirió a Moisés terminar con este pueblo y formar uno nuevo.

No obstante la misericordia de Dios que describe la Biblia es infinita y le dio otra oportunidad, y ha seguido dándola en repetidas ocasiones no solo con los judíos; sino con usted y conmigo.

En este orden de ideas y si el Señor nos ha perdonado tanto, cómo no hacerlo con los que nos rodean o será que no estamos en la capacidad de otorgar al menos un poco frente a lo mucho recibido?. Triste condición y lo complicado es que cuando estemos frente a Dios y nos recuerde que el modelo de oración que nos dejó, dice “perdonamos como nosotros perdonamos” (Mateo 6:12), que le vamos a decir?.

Que podamos dimensionar el regalo del perdón recibido sin merecerlo, para por lo menos desarrollar la capacidad de dar no en misma medida; pero sí algo!

PREGUNTA: Qué o cómo es su modelo de perdón?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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