martes, 3 de febrero de 2015

CUESTA TRABAJO



“El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos. …Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum,… Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?” (Juan 6:22-25)

En el verso de hoy vemos cómo la gente se resistía a creer que Jesús era Dios y estaba en capacidad de atravesar el mar de Galilea caminando. Es cierto que para alguien que no está acostumbrado a ver la clase de prodigios que mostró el Señor Jesús, le cuesta trabajo creer.

Sin embargo frente a una serie señales previas a esta de la barca, ya el corazón de estos seguidores de  Cristo debería estar más receptivo y atentos sus oídos. Los mismos apóstoles, los seguidores más cercanos  del Señor se resistían a dar crédito a lo que veían. Pensaron que era un fantasma caminando por encima del agua y no su Señor.

No hay que ir a los milagros descritos en la Biblia; en la vida moderna tenemos milagros a diario, lo que pasa es que no los queremos creer. La producción de alimentos para mantener a los miles de millones de habitantes que hay en la tierra, tiene que ver directamente con la mano de Dios.

El hecho de que el hombre sea quien siembra la papa y la abona por instrucción de Dios, no lo hace autosuficiente como para olvidarse de quién es el que la permite. Evidentemente hay una mano Todopoderosa que permite que la tierra dé su fruto, es sólo que no queremos ver!

Consideramos una proeza el desarrollo de una vacuna y hasta premio Nobel merece; pero cuántos premios de estos merecerían los millones de toneladas de alimentos que se producen, que consumimos y hasta botamos diariamente en la tierra?. De la misma forma premiamos el desarrollo de una ecuación matemática; pero no la presencia de la vida en un feto de días de engendrado.

La verdad es que debemos reflexionar sobre la falta fe y de gratitud de la humanidad con un Dios como el que tenemos; pues si la inteligencia que tenemos proviene de Él, como para qué vanagloriarnos?.

Una vez más, queremos afirmar algo que hace tiempo comentábamos y es que definitivamente el conocimiento humanista es inversamente proporcional al sentir de  un corazón inclinado a Dios.

Nos cuesta creer!

PREGUNTA: A quién le daría usted el Nobel?
REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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