“…por ellos yo me santifico a mí mismo, para
que también ellos sean santificados en la verdad. Mas no ruego
solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra
de ellos, para que todos sean uno “(Juan 17:19-21)
Alguna vez usted se ha puesto a pensar
que el Señor Jesucristo oró por usted antes de ser sacrificado?. Parece increíble
que el mismo Dios haya pensado en usted de manera individual. La Palabra lo
describe así como cuando lo hizo por otros
que fueron sanados, liberados, resucitados o salvados.
Lo leemos sobre otros y podemos tener la
certeza de que todo lo que Dios se ha propuesto por usted se cumplirá. A lo
largo de los evangelios encontramos múltiples oraciones de Cristo por adúlteros,
corruptos, cojos, ciegos, sordos, endemoniados, muertos, multiplicación de
alimentos y otros.
En el verso de hoy vemos claramente
cómo nos menciona a usted y a mi, no se limita a orar por la gente de su
tiempo; sino por los que hemos creído y va más allá; por los que han a creer.
La Palabra de Dios es eficaz y más
cortante que espada de dos filos (Hebreos 4:12) y
es por esto que nuestro acercamiento y proceso de santificación para Dios está
asegurado, pues Él termina lo que comienza. No por nuestros méritos o
capacidades; sino por la palabra de Dios y Su Gracia.
Cuando el señor Jesús dijo “escrito
está”, no estaba refiriéndose a palabras de hombres en cualquier libro del
mundo, estaba hablando de lo que contiene la Biblia, y si ha sido tan efectiva
a lo largo de siglos e instancias tan inverosímiles como cuando abrió el mar
rojo, lo será para todos los que crean.
Debemos sentirnos honrados, de que el señor Jesús se haya un tomado un tiempo para nosotros; nuestro deber es
creer y obedecer en su omnisciencia, Todopoder y por que Él está con usted y conmigo ahora
mismo. Cómo llegar delante de Él y negar
nuestra falta de gratitud con alguien que se ha pensado en nosotros
desde antes de la fundación del mundo?
El reto es interesante, pues sabernos
incluidos en las oraciones del Señor, nos exige mucho más en compromiso y
lealtad. Saber esto debería llevarnos a otra instancia; a
buscarle permanentemente, a dejar la pereza, la televisión y otros sofismas de
distracción que para nada aportan en la vida y menos para la eternidad.
PREGUNTA: Pensó alguna vez en la
oración de Cristo por usted?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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