jueves, 22 de enero de 2015

LA GRACIA



“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8)


Algo que el hombre nunca entenderá en un mundo como este, es que se pueda recibir algo de manera gratuita. El escepticismo ronda cuando se ofrece algo sin nada a cambio.


Hace unos días me dirigía a un centro comercial y en el camino encontré a una anciana que caminaba en la misma dirección y haciendo un gran esfuerzo para llevar unas pesadas bolsas de mercado. Me detuve al lado de ella y le pregunté  hacia dónde se dirigía; me contesto que a la esquina del mismo centro comercial.


Mi intención era ofrecerle ayuda y aunque dudosa la aceptó. Para mi fue un placer hacerlo; pero más alegría sentí cuando en la puerta de su casa y con una sonrisa me agradeció y hasta me ofreció pasar adentro.


Esto refleja un mundo de gente escéptica e incrédula, para el que la propuesta de Dios sobre una salvación gratuita no puede ser. A lo largo de siglos nos han acostumbrado a ritos, normas y siempre dando algo a cambio. Esto hace ver utópico lo gratuito y más aún lo inmerecido, pues el mundo dice: “de eso tan bueno no dan tanto”.


Estamos tan acostumbrados a pagar por todo, que la gente del común prefiere seguirse flagelando por su pecado en vez aceptar la propuesta de Dios. La posibilidad de que el Señor ofrezca una salvación del alma con sólo creer en la obra de Cristo, hace que muchos endurezcan su corazón por la gran cantidad de propuestas que se ofrecen y de tan mal testimonio “aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Efesios 2:5).


Es aquí donde la fe y un corazón dispuesto, juegan un papel definitivo para lograr esa salvación; pues es más fácil aceptar el relato bíblico que la teoría de la evolución.


La Biblia dice que todas las cosas pasarán; pero la palabra de Dios no, y esto debería ser suficiente para asumir una posición seria en cuanto algo que está a tan sólo una palabra también de distancia: “Acepto”.


PREGUNTA:  Ya aceptó usted su regalo en Cristo?



REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


¡SI EN ALGO LE HA ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!