jueves, 18 de diciembre de 2014

UNA Y OTRA VEZ



“Entonces dijo David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he hecho muy locamente” (1 Crónicas 21:8)

Una y otra vez el ser humano se encuentra con debilidad en cualquier aspecto de su vida. Para el incrédulo el pecado se ha constituido en su forma de vida; pero qué hay del creyente? Muchas veces parece incapaz de sacar adelante ese proceso de santidad que se ha iniciado en él y la pregunta sigue siendo porqué?.

Se tiene la posibilidad de ser radical con muchas formas de pecado, pero hay otras con las que se lucha todavía y se cae recurrentemente. Qué tanto estamos buscando la ayuda de Dios para esto y porqué no somos capaces de correr como José antes que caer.

Dios nos da las herramientas y como vimos por estos días, no queremos obedecer o esa lucha entre la carne y el espíritu se ve más alimentada por mundo, que por la palabra de Dios. Si vemos a nuestros hijos fallando nos sentimos frustrados y la pregunta es: Cómo se sentirá el Señor con nosotros?

El dolor que se siente cuando los hijos fallan es muy grande y lo triste de todo esto es que el enemigo (Satanás), estará riéndose de nuestra debilidad. Nos ve arrastrarnos frente a algo que no hemos podido erradicar de nuestras vidas, nos acusa, nos señala, nos dice que no vamos a ser perdonados otra vez y en lo único que tiene razón es en nuestra indignidad frente a Dios.

Dios siempre está listo para perdonar cuando hay un genuino arrepentimiento y nos apartamos del pecado. Nos brinda el acompañamiento del Espíritu Santo y nos dice que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. La Palabra es poderosa y debemos apropiarnos de ella!

Son dos condiciones básicas: el arrepentimiento y apartarse del pecado. Parece que hiciera falta algo más; pero lo cierto es que lo único que necesitamos es “obedecer” y eso sí, alimentar más nuestra parte espiritual y menos la carne.

La lucha es y seguirá siendo constante; sólo debemos seguir las pisadas del Alguien que ya venció: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33)

PREGUNTA: Le ha entregado a Dios su lucha?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

¡SI EN ALGO LE HA ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!