“Así dijo Jehová: En
tiempo aceptable te oí, y en el
día de salvación te ayudé; y te guardaré” (Isaías
49:8)
En la vida del ser humano pasan buenas
o malas cosas, grandes o pequeños eventos y el tamaño o la importancia, está
sujeto al lente con el que se vean. Cada una de sus etapas están marcadas por
un acontecimiento que cierra un ciclo y una meta que implicó trabajó.
Desde la guardería hasta el pregrado universitario
o los posteriores; esperados y sufridos como si implicaran la solución para la
vida. Para el hombre del mundo, éstas pueden ser grandes noticias en su
momento; pero la verdad es que aún no se han encontrado con la “Gran noticia”
de sus vidas.
Aunque son de importancia para llevar
la vida, son sólo parte de una forma de vida y no la solución al problema de la
muerte. Física o espiritual, son apenas escalas en el proceso del diario vivir
y se han apoderado tanto de las emociones y propósitos de la humanidad, que ya
no miran más allá.
Qué solución de largo plazo
proporcionan estos logros?. Acaso esto le da al hombre la certeza sobre su
futuro eterno? No, todo queda suspendido allí, esperando ser resuelto por algo
o alguien que no conocen o no buscan.
En algún tiempo y aunque erróneamente,
el hombre del común se dedicaba a cumplir una serie de ritos que satisfacían de
alguna manera esta necesidad; pero el día de hoy se muestra muy diferente.
Vivimos en un clima de anarquía, con hombres
que carecen de temor o respeto y con una resultante: “el mas fuerte o el vivo
es el que triunfa”. Su falta de conocimiento, ha hecho que mucha gente viva en
un enajenamiento espiritual sin precedentes.
Frente a una realidad tan cruda, el
hombre prefiere burlarse, subestimar o
rechazar de plano la salvación de Dios. Ya no existe esa necesidad de buscar;
antes se recurre a cualquier viento liviano de doctrina que le proporcione por
lo menos un bienestar momentáneo.
El mundo esta plagado de libros y
material sobre estos temas, que tratan de dejar de lado al Señor; pero el Señor
nunca nos va a dejar así. Debe ser la oración del creyente, rogar por todos
estos corazones endurecidos, entre los que todavía hay amigos, familia y gente
que sólo es digna de compasión.
PREGUNTA: Qué tan grandes han sido sus
logros?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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