“Pero sed hacedores
de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” (Santiago 1:22)
Cuando utilizamos palabra vivirla, nos
referimos a una frase popular en la que se basan aquellos que no conocen la Biblia.
Muchos afirman que hay que vivir la vida, pero no se dan cuenta que ese vivir
debe ser en Cristo.
El tema que nos ocupa hoy, invita a poner
en práctica las enseñanzas de Dios; a ver la gran diferencia entre alguien que sólo
las conoce y el aplicarlas en la vida personal. Es muy fácil opinar e inclusive
increpar a otro sobre su comportamiento a la luz de la Biblia; pero hacer uso
de ésta en la vida personal es otra cosa.
Seria muy bueno experimentar en carne
propia su aplicación, para luego poder ponerse en los zapatos del que escucha.
Nada hacemos cualquiera que sea el caso, buscando como los religiosos sólo un cambio
del comportamiento externo; el cambio debe generarse de adentro hacia afuera, en
el corazón.
Muchos
creyentes aún, asumen que estos principios se quedan en la congregación el domingo
(en el templo) y no examinan el diario vivir. Si el trabajo que les provee para
sus gastos es legal o no, si evaden impuestos o no, si mienten en sus empresas
como norma y lo cierto es que un día daremos cuenta de todo lo que hacemos “Examinadlo todo; retened lo bueno.” (1 Tesalonicenses 5:21).
La Biblia también habla entre muchos
temas, de la solución de conflictos con el prójimo y concretamente entre
creyentes en el trabajo, estudio o al interior de sus familias; pero qué
difícil es a veces quitar el enojo como dice allí y dar el perdón con un beso a
un hijo, hermano o esposo, igualmente imperfectos y que fallan en su proceso de
crecimiento.
La Palabra no es letra muerta como los
millones de libros que se encuentran en el mundo; la Palabra de Dios es dinámica
y poderosa como su inspirador. No podemos seguir dejando que esta pase de lado
por nuestras vidas; debemos permearnos de ella, incorporarla a nuestra dieta
diaria y vivirla, pues no estamos bien alimentados sólo cuando almorzamos el banquete
del domingo?
PREGUNTA: Con qué frecuencia se almuerza usted?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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