jueves, 4 de diciembre de 2014

PORQUÉ JESÚS?



Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él (Juan 1:17)


Dentro de la lista de interrogantes que tiene el incrédulo frente al plan de salvación de Dios, tenemos la presencia de su Hijo Jesucristo en la tierra. Tal vez usted no conozca mucho de los ritos dejados por Dios para el pueblo judío y hoy hablaremos brevemente de uno destinado a pedir perdón por los pecados.


No entraremos en detalles precisos y un tanto complejos para una sociedad totalmente secularizada y “moderna” como en la que vivimos hoy, por que muy seguramente dejaría más preguntas que respuestas.


Desde los tiempos de Abraham, Dios siempre estuvo presente  en la vida de este pueblo que apartó para Él (Israel). Unas veces muy cerca y demostrando su cuidado por ellos, y otras apartándose frente a la deslealtad y su tendencia al pecado.


Una vez que abandonaron la esclavitud de Egipto y les fue dada la ley a través de Moisés, una de éstas incluía la purificación y perdón de pecados. Se constituyó el sacerdocio en los descendientes de Levi y estos dedicaron sus vidas exclusivamente para servir a Dios, mientras que las otras once tribus se dedicaban a desarrollar las labores propias de una nación.


Todos los días los levitas como sacerdotes y el pueblo cada tiempo determinado, apartaba animales sanos (machos), llámense ovejas, novillos o palomas para derramar su sangre en sacrificio ofrecido a Dios y a través del cual se pedía perdón (Levítico 22:19). El derramamiento de esa sangre cumplía con este propósito; el animal suplantaba al hombre en su pecado frente a Dios y aunque suena un poco arcaico, esta era la forma de lograrlo.


Es así como un día Dios y luego de varios siglos, permite la venida de Su Hijo como reemplazo de este sacrificio frecuente por uno permanente (1Perdo 1:19). Jesús como el Cordero perfecto y el derramamiento de Su sangre como el único sacrificio capaz de suplantar a aquellos que por fe lo aceptamos.


El plan de salvación trabaja por fe, en cada persona que cree y recibe a Cristo como su salvador personal. Es muy sencillo y a veces complejo para algunos, que esperan algo espectacular para salvar sus almas.


Al igual que el pueblo judío esperaba un líder militar en tiempos de la opresión del imperio romano para salvarlos (Mesías), hoy muchos se niegan a creer que este simple, pero trascendental sacrificio sea capaz de salvarles.


PREGUNTA: Es algo sencillo o algo espectacular lo que usted espera?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


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