“Tú oirás desde el cielo
y actuarás, y juzgarás a tus
siervos, condenando al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y
justificando al justo para darle conforme a su justicia” (1 Reyes 8:32)
En la Biblia encontramos que desde la misma
creación, Dios dio instrucciones muy precisas. Cualquier organización o equipo
encuentra en las instrucciones, una ayuda definitiva para lograr un
funcionamiento adecuado.
Una empresa por pequeña que sea, debe
tener dentro de su operación unos lineamientos que definan las actividades de
cada área y a través de estos procesos lograr un trabajo armónico que optimice
tanto el tiempo como los recursos humanos y económicos.
Cuando estos parámetros no son
implementados desde el principio, siempre se encontrará resistencia por parte
de los dirigidos para acatar cambios. Es por esto que en el caso de las
empresas familiares, sólo el 30% de las mismas pasa de la segunda generación.
Algo similar ocurre en los asuntos de
Dios y como dijimos en el comienzo; Él dejó instrucciones claras sobre lo bueno
y lo malo, sobre lo que se debe esperar
cuando se obedece o no.
Bendición o maldición y esto es apenas
producto de lo que decidimos. En el Edén fueron instrucciones verbales y en
tiempo de Moisés fue la ley. A pesar de que esta ley fue confirmada por el
mismo Jesucristo en el plan de salvación, el mundo se resiste a obedecerla.
Este asunto se ha convertido hasta hoy
en un tema de fe, de rechazo o aceptación hacia el señor Jesucristo. Se ha
generado una especie de mutación a lo largo de tiempo; pero con la misma
esencia: Obediencia o desobediencia!
Así como en una empresa, el que no
sigue los procesos se convierte en un escollo para el funcionamiento y tarde o
temprano tendrá que ser reemplazado, de la misma forma en el tema de la
salvación, existen principios que bendicen o condenan.
La buena noticia de esta reflexión, es que todo lo que hacemos
delante de Dios, bueno o malo, está respaldado por Su palabra. Es más, Dios no
tendría que ponerse en el trabajo de juzgarnos, nuestras mismas acciones lo
habrán hecho.
PREGUNTA: Alguna vez ha pensado usted
que todo lo que hace en su vida está respaldado por la Biblia?
REFLEXIONE Y DECIDA!
-
REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡SI EN ALGO LE HA
ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!