“¿Perseveraremos en el
pecado para que la gracia
abunde?”(Romanos 6:1)
Dentro del ser humano y como parte de
su naturaleza caída después del Edén, siempre es más fácil
hacer lo malo. Es una característica que simplemente fluye y que se ha
convertido en una forma de vida. Pecar es propio del ser humano y cada vez se
corrompe más.
Por estos días y con tristeza
observamos, como un apreciado amigo al que le hemos compartido de Cristo, lucha con esta condición de vida. Lleva
años en una lista de fracasos y luchas, que lo han hecho de alguna manera
receptivo al mensaje de Dios luego de tanto despropósito.
Cae y se levanta, cae y vuelve a
hacerlo; Dios siempre le llama, pero su tendencia al mal puede más. Sentimos
real compasión por él y su constante lucha frente a algo que lo controla y que no
le deja avanzar.
La codicia, la vida fácil y el sexo se
han tornado en su gran escollo a la hora de decidirse por Cristo. Es la carne
del mundo contra el espíritu que el Señor le ha mostrado.
Parecía una oración
genuina cuando la hizo y sólo Dios sabe lo que hay en ese corazón; le seguimos
acompañando y ahí estaremos para cuando nos necesite.
Se requiere de un corazón inclinado a
Dios para salir adelante, de una decisión firme para recibir Su apoyo. No podemos
seguir burlando la voluntad de Él y esperar que simplemente nos perdone una y
otra vez.
Es una lucha constante que todos llevamos por dentro; pero tenemos la
ayuda de Uno que fue tentado en todo y sin embargo no pecó.
No se puede seguir en ese círculo
vicioso de pecado – perdón, como el ciclo del agua que vemos todo el tiempo y
frente a una verdad que nos ha sido revelada sin salir perjudicados en el
proceso.
Es deber nuestro recurrir a la Palabra
cada día y lograr que esa semilla que ha sido plantada en nosotros, no solo dé
el treinta o el cuarenta; sino el sesenta y hasta el cien por ciento.
Que no
sea el pecado en cualquiera de las formas que habita en nosotros, el que
predomine y que esa nueva vida sea la que prevalezca “Para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel
a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas” (Isaías 42:7).
Pueden haber muchos elementos de
seducción en este mundo como el dinero, los títulos y otros; pero como en el caso de José, siempre hay que
correr y correr!.
PREGUNTA: Todavía está usted en el círculo?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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