martes, 14 de octubre de 2014

LA INVITACIÓN



“Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero.” (Apocalipsis 19:9)

La única  y adecuada forma de acceder a una boda es a través de una invitación. No importa qué clase de actividad sea, todo aquel que no ha sido invitado, no puede entrar. Claro que no falta el colado y este que no ha sido incluido en la lista, genera inconvenientes por no estar contemplado en los preparativos.


Dentro del plan perfecto de Dios que contemplaba inclusive la caída del hombre en el huerto, Él ya tenía algo previsto para un pueblo en especial (Israel) y posteriormente formar una iglesia con los pueblos que no son parte de los judíos.


La Biblia en el Antiguo Testamento lo relata y desde hace algo más de dos mil años, Dios mismo ha extendido una invitación a todo pueblo y nación para ser parte de Su familia. Todo ser humano ha sido predestinado para ser parte de ella, es sólo que no todos lo aceptarán.


Ser convidados a las bodas del Cordero como lo describe Apocalipsis, es todo un privilegio inmerecido. Qué hemos hecho usted o yo para ser parte de un evento que cambiará nuestras vidas para bien por la eternidad?.


No hay que utilizar un cheque o una tarjeta de crédito, tampoco implica una hipoteca, trabajo o sacrificio alguno. Es por Gracia (gratuito), es por fe, es aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador.


Desafortunadamente y como se describe antes, no todos lo harán. Dios no hace acepción de personas; no contempla estatura, raza o color y por eso invita a todos. Muchos han rechazado esta invitación a lo largo de la historia del Cristianismo; pero Dios es respetuoso de su decisión.


Él no obliga a nadie y es el primer interesado en que los que acudan a esta cita, lo hagan por que realmente quieren ir y se agradan en vivir como Él. Aquel que va a una reunión sin desearlo en su corazón siempre estará aburrido y que difícil le será estar así por la eternidad.

PREGUNTA: Ya aceptó usted la invitación de Dios?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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