jueves, 16 de octubre de 2014

CARAS VEMOS



“Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano” (Mateo 18:17)
Todo el tiempo nos encontramos con sorpresas, algunas agradables y otras no tanto. Para el hombre común no hay diferencia, pues en un mundo alejado de Dios todo se vale; pero cuando hablamos de miembros del cuerpo de Cristo (la Iglesia), el asunto tiene otra connotación.

Cuando las cosas malas se reciben de un incrédulo, el dolor o la ofensa se supera más fácilmente pues del mundo nada distinto se puede esperar; pero si hablamos de creyentes revolcándose todavía en el pecado, qué podemos pensar?.

No debería ser así y cuando Dios nos dice en Ezequiel, que no debemos poner nuestra confianza  en hombres, no hace diferencia entre creyentes e incrédulos. Nadie es de fiar! “…”. El hombre es poseedor de una naturaleza vendida al pecado y su tendencia permanente es hacia el mal.

Hace un rato miraba unos niños pequeños durante su recreo en un colegio; uno de estos empujaba y golpeaba a otro por un columpio, cuando había otros disponibles al lado. Respóndame usted, quién le ha enseñado a este pequeño monstruo a ser egoísta?. Nadie, es natural para este personaje hacer el mal y no el bien.

Del corazón proviene todo lo malo y por eso la Biblia nos manda a cuidarlo “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23) Si no vemos transformación en la vida de alguien que se llama cristiano, hay sólo una opción: Es un falso cristiano! (Marcos 7:21).

Para Dios nos hay términos medios y nos manda a llamarle la atención de manera bíblica; a hacerlo en privado, luego con testigos, a nivel de Iglesia; pero si no hay resultados traducidos en transformación, nos manda a considerarle como incrédulo y apartarnos del mismo.

Dios espera que perdonemos y no sólo una vez, sino hasta setenta veces siete; pero en ninguna parte nos manda a tolerar el pecado en los que se llaman creyentes.

PREGUNTA: Conoce usted a alguno de estas sorpresas?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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