“Porque la palabra de la cruz es locura a
los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de
Dios” (1 Corintios 1:18)
El cóndor es uno de los animales más especiales
de la creación de Dios. Sus condiciones de vida le hacen un ave excepcional
y la clasifican como la mejor; pero si vemos sus críos, son polluelos
totalmente desprovistos de atractivo o belleza. Un polluelo criollo de gallina común,
parece realmente bonito junto al del cóndor.
No obstante cuando estos crecen, su apariencia
y alcance cambian sustancialmente. Mientras el pollito pasa de ser bonito a ser
un gallo más en su gallinero; de unos 40
centímetros de alto, cuatro kilos de peso y una envergadura de unos
sesenta centímetros; el cóndor se transforma en un ave de unos 140 centímetros
de alto, un peso promedio de 15 kilos y una envergadura de hasta 330
centímetros.
Ni hablar de su alcance en distancia o altura, pues puede remontar con facilidad los siete mil metros sobre el nivel
del mar (23.000 pies), altitud suficiente para dominar los picos más altos de
los Andes suramericanos. Podríamos
hablar, del cambio de algo insignificante a un ejemplar admirable.
Guardadas las proporciones e
infinitamente más grande es la transición de la cruz de Cristo. El señor Jesús se vio avocado
a la muerte más indigna del mundo en su momento. Este tipo de muerte se le daba
a la escoria de la sociedad, a los peores criminales, llegando a estigmatizar a
toda su familia, al punto de que nadie quería ser parte de esta.
Pero como las cosas de Dios funcionan diferentes
al hombre, aquella muerte totalmente indigna con su cruz incluida, se
convirtió en el instrumento más valioso, de bendición y salvación para la
humanidad.
Nada puede compararse a la cruz de
Cristo y nada la ha podido eclipsar con el paso de los siglos. Será por esa
misma indignidad y sencillez primera, fuera de los márgenes de glamour y
riqueza del hombre, que se le subestima y desprecia?.
Seguro es que si fuera un elemento
deslumbrante, con arandelas y brillantes, que diera posición y prestigio, le buscarían a
como diera lugar. Prefieren poner su confianza en aquello o aquellos que
exhiben lujo, poder o influencia temporal; en un entorno de ostentación, ritos
y aparente, pero estéril moralidad.
PREGUNTA: Qué tanto mira usted lo
externo?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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