“Y se corrompió la tierra delante de Dios, y
estaba la tierra llena de violencia… Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin
de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he
aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer;
harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera” (Génesis
6:11-14)
Cada
ser humano tiene la posibilidad de mirar y evaluar su condición en el mundo.
Desde cualquiera que sea su perspectiva de comodidad o necesidad, el hombre
debe llegar a un punto, en el cual no encuentre nada mejor que anhelar estar con
Dios.
Por
convicción o por puro agotamiento en una vida sin sentido y en el vacío que le
acude buscará un poco de Dios. El padre del ateísmo, que fue un acérrimo enemigo
de la cruz por obvias razones, en sus últimos momentos de vida buscó de Dios al
encontrarse con que su mensaje nada era y nada será.
Las metas de carácter mediático priman sobre las de largo plazo, y el
hombre prefiere creer en lo que tiene a la vista, sobre ese Alguien intangible
para él; pero con evidencias palpables.
Noé
fue un hombre con un corazón entendido y dispuesto para las cosas de Dios. Las
instrucciones recibidas para la construcción del arca fueron precisas; le llevó más
de cien años llevarlas a cabo y esto tenía varios propósitos. Uno de estos era
evidentemente salvarlo con los suyos por su fe y obediencia, otro preservar algunos
especímenes del reino animal frente a la destrucción que venía y por último dar
espera para el arrepentimiento de los hombres de aquel tiempo.
Estos
hombres vieron de primera mano o escucharon al que para ellos era un loco con
un plan utópico. Lo tildaron de fanático y engreído por su seguridad en lo que
Dios le había dicho. Se burlaron de él y
hasta lo agredieron por construir un barco en una montaña a kilómetros del mar
y en un tiempo en el que no se conocía la lluvia como para esperar un diluvio.
Hoy
la ciencia nos permite saber, que el fin del planeta se acerca y todas las cosas
están dadas para el fin descrito en la Biblia. El panorama profético se ha
cumplido y seguirá cumpliéndose frente a lo obtuso y orgulloso del hombre. No
quieren creer, basados en una lógica finita de hombres finitos.
La
invitación para usted, es a mirar un poquito más allá del entorno físico e
intelectual que le rodea; a que haga primar en usted la necesidad espiritual,
sobre cualquier otro aspecto visible y no se quede fuera como los hombres en los
tiempos de Noé.
PREGUNTA:
Y usted ya se subió al arca?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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