jueves, 21 de agosto de 2014

CON O SIN CORAZÓN



“La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu,…y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)

Por estos días se registró en una ciudad colombiana, el primer implante de un corazón enteramente mecánico. La paciente de unos 50 años, fue objeto de un tratamiento que la llevo a reemplazar su corazón original por un componente artificial.


Se trata de una pequeña turbina que bombea la sangre y funciona mediante baterías que el paciente porta y controla desde una pequeña consola ubicada en un maletín en su cintura. Gracias a Dios por el conocimiento que da a la humanidad y en este caso a los médicos, pues los hace instrumentos suyos para ayudar al hombre.


Aunque esto implica unas condiciones especiales en su calidad de vida y no va a reemplazar totalmente el corazón original; se plantea como un experimento que podría ser una solución para muchos enfermos en el mundo.


Lo que sí llama la atención, es que la mujer dio una entrevista en la que estaba visiblemente emocionada y si ya no tiene un corazón sino un mecanismo eléctrico, no debería experimentar sentimientos de ninguna clase. Es aquí donde confirmamos la posibilidad bíblica, de que lo que conocemos como corazón y al que le atribuimos el dolor o la alegría, no es el centro de nuestras emociones; sino un músculo que bombea sangre.


Encontramos que el corazón al que se refiere la Biblia, está ubicado en un lugar diferente y es de allí donde provienen no solo cosas buenas; sino toda la maldad de la que el hombre es capaz  “Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu…..” (Romanos 8:27).


Es otro el centro del pensamiento, la decisión, el razonamiento o cualquiera de las funciones de un ser racional que Dios nos ha dado “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale” (Mateo 15:18). Es en nuestra mente asociada con el alma, donde experimentamos alegría o tristeza, asunto imposible para un músculo o de lo contrario esta señora no manifestaría su alegría por su nueva condición de vida.


Esta reflexión nos lleva a confirmar, una más de las muchas cosas simples y la vez complejas de la creación de Dios consignadas en la Biblia y que nos resistimos a creer. Si no le creemos a Dios en asuntos tan cercanos y palpables, como hemos de creer otros más complejos?

PREGUNTA: Puede usted afirmar en qué episodios le duele el corazón?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


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