martes, 26 de agosto de 2014

BORRÓN Y CUENTA NUEVA



Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande” (Éxodo 32:9,10)
En el verso de hoy y fastidiado con la desobediencia, ingratitud y la falta de fe de Israel a pesar de las demostraciones de poder, Dios propone a Moisés acabar con ellos y hacer de él un pueblo nuevo. Con unas características diferentes  y no las ya mencionadas, que para nada le deban honor o la gloria.

Basados en esto, deberíamos preguntarnos, cuántas veces habrá pensado lo mismo el Señor acerca de nosotros?. Aunque no somos judíos tenemos la misma responsabilidad, así como  también somos depositarios de la misma naturaleza caída y rebelde.

Abrir el mar rojo, sacar agua de la roca, traer alimento cada día, destruir pueblos más poderosos que ellos, las plagas de Egipto y otros, son sólo unas de las muchas muestras de Su poder. El testimonio de la Biblia, como los milagros de Jesús, más las constantes muestras en la vida diaria del creyente nos hacen iguales a ellos.

El creyente de hoy tiene mucho más evidencia del poder de Dios que los judíos de entonces en la venida y resurrección  de Cristo. Tiene al Espíritu Santo como su gran Ayudador que provee la sabiduría necesaria para lograr la santificación. Podemos decir que el hombre de hoy está más habilitado para ser obediente y buscar santidad que los israelitas de Moisés.

No obstante, seguimos pecando y desobedeciendo, sin hacer de este proceso lo más importante de nuestra vida.  Será que nosotros no somos también merecedores de un “borrón y cuenta nueva” por parte Dios?. La misma creación que hizo miles de años atrás, la puede volver a hacer.

En cualquier actividad de la vida moderna, el que no sirve se le reemplaza, nadie es imprescindible y es por esto que un día Dios va a terminar con el “periodo de gracia de la iglesia”, y el Señor Jesús, ya no va a ser más el salvador; sino el juez.

Dios es paciente y existe un gran reto para la iglesia de hoy, que la vemos con un mensaje liviano y de poca exhortación sobre el pecado. Nos hemos convertido en complacientes para que la gente no se vaya, y ya no tenemos el arrojo de Pablo, Pedro o cualquiera de estos para exigir santidad “…Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14)
PREGUNTA: Porqué habría Dios de hacer una excepción con nosotros?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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