martes, 22 de julio de 2014

ERAMOS; AHORA SOMOS




Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),……. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:4-9)

Vale la pena hacer un paralelo entre lo que éramos en el mundo y  lo que hemos venido a ser por la Gracia de Dios. Son tantos los privilegios obtenidos y de manera gratuita, que es bueno enumerarlos y valorar lo que no merecíamos.


La Biblia nos muestra nuestra carencia de: Vida – Ciudadanía – Nacionalidad – Promesas – Esperanza – Dios – Conocimiento - Salvador – Espíritu Santo – Credo – Familia – Creador – Cristo – Mediador – Ley – Perdón – Padre – Futuro – Sanidad – Paz – Expectativa  y otras muchas.


Estas y otras que están sustentadas con la Palabra, pero aún el mundo se niega a aceptarlas. Cuando el hombre natural se resiste a aceptar su condición y sus falencias delante de Dios, está rechazando algo que no le cuesta. Todo en el mundo se tiene que comprar, el agua, la ropa, la comida, el estudio; sin embargo no quiere bajar la cabeza en su orgullo y sobre todo el corazón para recibir lo que en resumidas va a hacer la diferencia en su futuro eterno.


Por el contrario es portador de: orgullo – soberbia – ignorancia – pecado – perdición – enfermedad – tristeza – desesperanza – muerte - zozobra y otras tantas que no le dan, ni le darán paz. Tal vez tranquilidad momentánea; pero nunca la paz de Dios (Efesios 4:7).

Para no ir tan lejos, la verdadera paz es un elemento que no podemos recibir sino de Dios. Todo el planeta y en diferentes ámbitos habla de paz; pero la Biblia dice que no habrá paz en este mundo. Aparente tranquilidad en muchas instancias; pero esa paz que sobrepasa todo entendimiento, sólo la da Dios.


Como verá querido lector, hoy sólo queremos llevarle a enumerar esas pequeñas-grandes diferencias que existen en aquel que ha llegado a los pies de Cristo; a reconocerlas, valorarlas, agradecerlas, disfrutarlas, explotarlas, dimensionarlas, vivirlas y sobre todo a compartirlas.

PREGUNTA: A cuántos de su entorno les ha compartido de esta paz?

REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


¡SI EN ALGO LE HA ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!