“Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Marcos 8:36)
Una
tarde de domingo cualquiera, me gozaba en el mensaje que dejan las películas
con historias de la Biblia. Sin embargo en esta quedó el sinsabor de la forma
como fue rechazado, despreciado, maltratado y muerto el Señor Jesús.
A
pesar de las maravillosas normas de santidad y comportamiento que nos nuestra
el texto bíblico en estas producciones, uno siente que ese rechazo de los
hombres de aquellos días hacia Jesús, sigue siendo el mismo en el hombre de hoy.
Ese
mismo día salí a caminar en la tarde y miraba personas, que centran su atención
en las cosas materiales. El carro, el lujo de sus casas o cualquiera de las
cosas que priman en la vida actual.
Prefieren
sus posesiones a mirar al Señor Jesucristo, tal vez no participaron directamente en Su
crucifixión; pero le desprecian como cualquiera de aquellos. Apatía hacia la santidad
y las implicaciones que esta tiene para el diario vivir si optaran por
buscarle.
Obviamente
hay unos que ignoran la verdad de Dios; pero hay muchos que se rehúsan conscientemente
a dejar el mundo para buscar al dador de la vida. Prefieren la vanidad con sus
placeres y lo triste de todo este asunto, es que un día cuando todo acabe, habrán
de encontrarse con que ese desprecio con el que miraron al Señor, los habrá
apartado de Él por la eternidad “El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.” (Salmos
8:9).
PREGUNTA:
Siente usted el desprecio del mundo por Cristo?
MEDITELO Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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