martes, 13 de mayo de 2014

VERDADES BÁSICAS - EL LIBRO



Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Salmos 119:105)
Cada nuevo creyente se pregunta sobre la forma de crecer en su conocimiento de Dios. La semana anterior tratábamos la forma de comunicarnos con Él y hoy veremos cómo la falta de conocimiento en cualquier área de la vida nos inhabilita para llegar a la verdad.

La historia de la humanidad está enmarcada en la voluntad del Creador; la falta de conocimiento ha desdibujado Su propósito. Dios siempre quiso y quiere aún el bienestar para el género humano; pero la manipulación de su “manual de vida” ha alejado al hombre común de esta verdad.

Cuando hablamos de manual, estamos hablando de la Biblia, que es el libro por excelencia del cristiano. De este libro sale todo el manejo doctrinal, histórico y organizacional del hijo de Dios.  Es un compendio de 66 libros, divididos en Antiguo y Nuevo Testamento; escrito por más de 40 autores y por un espacio de algo más de 1500 años. El libro más antiguo es el de Job y el último es Apocalipsis, entre el año 1440 A. C. y el 68 D. C. 
  
Lo que asombra de entrada es la perfecta coherencia sobre el tema central de Dios y su plan. Si tenemos en cuenta la diversidad de trasfondos en tiempo y espacio, así como la formación de sus escritores, estaremos de acuerdo en que es un libro único. Muchos han puesto en duda su validez; pero el solo hecho de mostrar unidad y la inspiración del Espíritu de Dios, lleva a la contundente conclusión de Su santidad.

Como afirmamos, es el manual de instrucción dejado por Dios para el hombre, en el que se encuentra su futuro eterno, así como la forma de vivir la vida presente: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). La diversidad de religiones y creencias en el mundo, obedece a su manipulación en beneficio de unos pocos y la falta de conocerla y utilizarla, ha alejado al hombre de la verdad “…Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres“(Juan 8:31,32).

Evidentemente se hace necesaria la lectura regular e inclusive diaria, de por lo menos un párrafo que al examinarse y meditarse con oración, nos vaya acercando y alimentando en esa verdad por tantos años oculta. Definitivamente disciplina y compromiso con Dios.
PREGUNTA: Alguna vez ha leído este “manual”?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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