“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Salmos 119:105)
Cada nuevo creyente se pregunta sobre
la forma de crecer en su conocimiento de Dios. La semana anterior tratábamos la
forma de comunicarnos con Él y hoy veremos cómo la falta de conocimiento en
cualquier área de la vida nos inhabilita para llegar a la verdad.
La historia de la humanidad está
enmarcada en la voluntad del Creador; la falta de conocimiento ha desdibujado
Su propósito. Dios siempre quiso y quiere aún el bienestar para el género
humano; pero la manipulación de su “manual de vida” ha alejado al hombre común
de esta verdad.
Cuando hablamos de manual, estamos
hablando de la Biblia, que es el libro por excelencia del cristiano. De este
libro sale todo el manejo doctrinal, histórico y organizacional del hijo de
Dios. Es un compendio de 66 libros,
divididos en Antiguo y Nuevo Testamento; escrito por más de 40 autores y por un
espacio de algo más de 1500 años. El libro más antiguo es el de Job y el último
es Apocalipsis, entre el año 1440 A. C. y el 68 D. C.
Lo que asombra de entrada es la
perfecta coherencia sobre el tema central de Dios y su plan. Si tenemos en
cuenta la diversidad de trasfondos en tiempo y espacio, así como la formación
de sus escritores, estaremos de acuerdo en que es un libro único. Muchos han
puesto en duda su validez; pero el solo hecho de mostrar unidad y la inspiración
del Espíritu de Dios, lleva a la contundente conclusión de Su santidad.
Como
afirmamos, es el manual de instrucción dejado por Dios para el hombre, en el que
se encuentra su futuro eterno, así como la forma de vivir la vida presente: “Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia” (2 Timoteo 3:16). La diversidad
de religiones y creencias en el mundo, obedece a su manipulación en beneficio
de unos pocos y la falta de conocerla y utilizarla, ha alejado al hombre de la
verdad “…Si vosotros permaneciereis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y
la verdad os hará libres“(Juan 8:31,32).
Evidentemente
se hace necesaria la lectura regular e inclusive diaria, de por lo menos un
párrafo que al examinarse y meditarse con oración, nos vaya acercando y
alimentando en esa verdad por tantos años oculta. Definitivamente disciplina y
compromiso con Dios.
PREGUNTA:
Alguna vez ha leído este “manual”?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡SI EN ALGO LE HA
ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!