“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna” (Juan 3:16)
El
resultado obvio a una deuda cancelada, es la exoneración de cualquier cargo o
culpa, y en este caso la Biblia lo plantea como algo que muy poco contemplamos
para el presente: “la salvación”.
En
el entorno del mundo no se piensa en esto. El hombre nunca piensa en algo más
allá de la muerte física y los pocos que lo hacen, lo ven a través de
filosofías orientales o metafísica; pero nunca como algo que va a afectar su eternidad.
Es
que ni siquiera se piensa en la eternidad, y el común de la gente ve todo para
un presente que se prolonga a lo sumo por unos años. Es por esto que la Biblia
habla de hacer tesoros en la eternidad……. El mundo de un hombre promedio se
remite a nacer, crecer, reproducirse y morir; pero en ningún momento se ve más
allá.
Sólo
a través del panorama descrito en la Biblia, podemos dimensionar las
implicaciones de una vida más allá de la muerte física y que seguirá por la
eternidad. En un mundo tan metalizado en el que sólo lo palpable es cierto,
resulta muy difícil y hasta utópico ver más allá.
Bienestar
o sufrimiento; pero trasladado a una vivencia eterna. La Biblia habla de estar
en un cuerpo, en el que se tendrá plena capacidad de sentir. En cielo y tierra
nueva con Dios o en un lago de fuego con Satanás.
Cómo
llevar al incrédulo a esta dimensión que va a marcar su futuro eterno, frente a
una decisión que es la más importante de su vida. Lo más importante de todo
esto, es procurar consciencia en el lector sobre de las implicaciones de
recibir o no la “salvación en Cristo”. “ El que en él cree, no es condenado; pero el que no
cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo
de Dios”(Juan 3:18)
PREGUNTA:
Logra usted dimensionar su condición de salvo o perdido?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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