jueves, 6 de marzo de 2014

PECADO ES PECADO



¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” 
(1 Corintios 6:9 – 10)
Por más de que el mundo se empeñe en vivir en un relativismo en torno a la vida, a los principios, los valores, las leyes y todo orden establecido; podemos afirmar categóricamente que el pecado siempre será pecado delante de Dios.

La gente del común, esta acostumbrada a clasificar sus faltas entre graves  o inofensivas, y la Biblia no hace diferencia entre unas y otras. Robar, mentir, fornicar, codiciar, adulterar y otras sin mencionar, son parte de lo mismo frente al Creador y merecen igual condenación.

 La verdad es que las únicas diferencias que hace Dios en cuanto al pecado, se dan primero entre aquel que afecta el cuerpo de la persona y el que no; pero siguen siendo pecado. Si se afecta  el cuerpo, está atentando contra algo que Dios le ha prestado y que debe cuidar en el caso del incrédulo; o contra algo que la Biblia llama el "templo" del Espíritu en el caso del creyente. 

Estas dos variedades, son perdonadas mediante un arrepentimiento genuino y apartándose del mismo; no así en la segunda diferencia, con uno que describe como la blasfemia en contra del Espíritu Santo; pero esto será tema de otra reflexión. 

El hombre subestima asuntos tan graves, como la adicción al alcohol que atenta directamente contra el cuerpo, y en vez de condenarlo, lo promueve y hasta hace chistes al decir que Dios cuida sus borrachitos; pero cómo esperar, que el Señor tenga cuidado de aquellos que practican algo que El mismo condena?
 
Así y las cosas, día a día  miles de personas pasan a la perdición, engañadas o evadiendo su responsabilidad, y sólo en la falsa esperanza de que sus almas sean rescatadas por los rezos de sus dolientes. Con cierto temor en su falta de conocimiento, tratando de apaciguar una realidad que la Biblia describe como algo “horrendo”, y lo más grave con carácter eterno.
PREGUNTA: Cuántos chistes conoce usted sobre el infierno?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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