jueves, 20 de febrero de 2014

LO MEJOR



Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro” (1 Corintios 10:23,24)
Con una evidencia tan palpable sobre la naturaleza caída del hombre en nosotros, es muy difícil mantener una mente clara y bien intencionada sobre o de cara a los demás. Nuestra reacción frente a cualquier actitud, palabra o gesto del prójimo incluyendo a  creyentes, no es la mejor.
Días atrás me desplazaba en el carro por una avenida y mientras esperaba el cambio del semáforo; vi a un señor conocido, muy bien vestido, con traje y paraguas entrar a un lugar de no muy buena reputación.

La pregunta de hoy es: porqué debo pensar primeramente lo malo de ese señor y lo que iba a hacer en ese lugar?. Perfectamente podía estar atendiendo alguna cita de trabajo y no a satisfacer alguna debilidad. Es realmente difícil pensar siempre lo mejor del prójimo.

En el mundo judío religioso, no sólo se habla de sacrificios, reglas y mandamientos. Una de las cosas que se espera del practicante genuino de esta religión, es que “siempre debe pensar lo mejor de su prójimo”.

Si lo vemos de una forma práctica; cuántos problemas, sinsabores o malos ratos nos ahorraríamos en la vida. No sólo en el caso del señor del ejemplo, sino cuando un conductor sin mala intención se nos atraviesa en la vía o alguien nos contesta ásperamente en casa.

No sabemos las motivaciones del que está al lado, pero siempre podemos dar el beneficio de la duda, y descansar en que no importa cuál sea esta motivación, Dios si la sabe, nos cuida y nos edificara a través de esta circunstancia.
PREGUNTA: Qué piensa usted de las motivaciones de este ministerio?

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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