“…quiero que sepáis que Cristo
es la cabeza de todo
varón, y el varón es la cabeza de la mujer,
y Dios la cabeza de Cristo” (1 Corintios 11:3)
A
medida que pasa el tiempo, vemos cómo se configura de una manera más clara el
panorama de los últimos días descrito en la Biblia; y entre otras encontramos
el alejamiento de la iglesia de los parámetros bíblicos.
Encontramos
más y más congregaciones involucrándose en asuntos no muy claros a la luz de la
Palabra, y no hay otra explicación a esto; sino el plan perfecto de Dios por un
lado, y la rebeldía del hombre por el otro.
Comunidades
conocedoras de la Biblia, alterando por ejemplo el roll de la mujer dentro de
la iglesia. Hoy queremos reconocer ampliamente, el papel de la mujer dentro de
la misma en muchas áreas como ministrar a niños, a las mujeres jóvenes y otras; pero
de ahí a ministrar varones desde el púlpito hay una gran diferencia.
Cristo
es la cabeza del hombre y el hombre es la cabeza de la mujer dice en Corintios;
sin embargo, este es un verso para los que lo quieren oír y obedecer, como pasa
con los otros mandamientos de Dios.
Que
difícil debe ser para Dios en Su perfección, lidiar con gente de tan dura
cerviz como nosotros; pero es precisamente esa perfección, la que lo lleva a
perdonar constante y reiteradamente a la humanidad.
La
Biblia también dice, que aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es
pecado; entonces con qué excusa iremos al tribunal de Cristo, con lo que
podríamos llamar respetuosamente “aberraciones” en la práctica del Evangelio?.
Hemos
sido llamados a no adulterar la Palabra; pero la iglesia parece gobierno de
hombres, en el que permanentemente se modifican las leyes a conveniencia, y en
este caso de los que lideran la iglesia. Definitivamente ese tibio que
caracteriza a muchos, los va a avergonzar cuando allá se llame lista.
PREGUNTA:
De qué otra manera podemos llamar estas modificaciones?
MEDITELO Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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