“Y
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses
4:7)
Por estos días hemos
estado orando de manera especial por un gran amigo, hermano en la fe y su
familia frente a problemas delicados de salud. Hoy nos encontramos con otro en
circunstancias similares y vemos un factor en común. La unión familiar y sobre
todo de espíritu en los creyentes frente a eventos adversos.
Todo esto en el
entendido de que para nosotros los creyentes, existe una esperanza representada
en la salvación en Cristo!
Por otro lado, conocimos
del difícil proceso en la enfermedad y muerte de la madre de otra amiga creyente
en otra ciudad. La posibilidad de ser la única en conocer de Cristo en la
familia, la llevó a ser perseguida y vituperada en una circunstancia, que al
igual que para los demás, no dejaba de ser difícil para ella.
La tacharon de insensible
a pesar de estar dedicada al cuidado de la enferma y recibió juicio por la paz
que la acompañaba al saber que días antes de morir su madre había hecho su
profesión de fe en el Señor.
Es muy grande esta
diferencia que nos permite el Señor, no importa cuál sea la situación que se
afronta, frente a la ignorancia del mundo y sus costumbres. La falta de
conocimiento en cualquier aspecto de la vida es motivo de temor. Una simple
mudanza o cambio de trabajo; pero el hombre corriente prefiere seguir caminando
sin Dios.
Que Dios nos permita a
los creyentes, crecer en esa unión de criterios y sobretodo de Espíritu para
todas las cosas de la vida. Nuestras más sencillas decisiones deben ser puestas
en manos del Señor, en la seguridad de que Él tiene el Todopoder para
resolverlas; pero seamos genuinos en nuestro compromiso de hermanos y no sólo
de palabra, haciendo la diferencia con los que no creen.
PREGUNTA: Tiene usted
la comunión y paz que sólo Dios da?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN
REINA-VALERA 1.960 –