“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el
que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os
confiará lo verdadero? Y si en
lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al
uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis
servir a Dios y a las riquezas”
(Lucas 16:10-13)
En Lucas, el Señor Jesucristo nos enseña el significado
de la mayordomía y sus implicaciones. Es algo que tiene que ver con todos los
aspectos de la vida y no solo con el económico. Nuestra vida diaria debe llevarse
en una sana administración con los principios bíblicos ya que Dios lo provee
todo, y dedicarnos a dilapidar el dinero, el tiempo, la vida, la salud, el
planeta o cualquiera de sus bendiciones, implica una seria responsabilidad.
Muchas personas piensan que lo que tienen en esta tierra es
propio, que lo han logrado por sus propios medios y se creen con el derecho de
hacer lo que les parezca. La verdad es que todo es prestado: la vida, la salud,
el cónyuge, los hijos y las cosas materiales. Gastan los recursos recibidos en
sus deseos y no en sus necesidades. Prefieren acumular y no bendecir al
necesitado; pero si somos creyentes, sabemos que todo viene de Dios, es para
Dios y algún día daremos cuenta por la forma en que lo administramos.
La vida familiar, el tiempo y la calidad de aquel que
dedicamos a los nuestros no es la excepción. Como esposos, padres o hijos,
debemos obedecer mostrar una sana conducta y qué decir de la responsabilidad
del padre frente a Dios por los miembros puestos a su cuidado?. Cuando somos
fieles a Dios y a sus principios, tendremos sumo cuidado en vivir todos los
aspectos de nuestra vida para Él.
PREGUNTA: Si no podemos hacer algo para agradar a Dios, sería
mejor que no lo hiciéramos verdad?.
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN
REINA-VALERA 1.960 –