martes, 10 de mayo de 2011

OSCURIDAD O LUZ



A simple vista y para cualquier persona, lo indicado es la luz. La oscuridad es sinónimo de peligro o de tropiezo, mientras que la luz lo  es seguridad y bienestar. Cuando hay luz en nuestra casa, tenemos una sensación de alegría y calidez, mientras que al no tenerla, todo es frio y tenebroso.
Pero qué pasaría, si yo le digo que a pesar de lo que parece ser luz en su vida, de su exitoso trabajo, sus cuentas bancarias, su hogar y sus muchas comodidades, usted vive en la más absoluta oscuridad?
No suena lógico de acuerdo a los parámetros del mundo verdad?  Pero la verdad bíblica nos enseña lo contrario. “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan” (Proverbios 4:18,19)
Se le llama  justo en la Biblia, a aquel que manifiesta su búsqueda y temor hacia la voluntad de Dios, mientras que impío, es aquel individuo que por el contrario, vive ignorando Su voluntad.
Como podemos observar, la verdad del hombre dista mucho de la de Dios, y esto hace que el hombre cada día se aleje más de Él y hacia un destino de oscuridad, no solo presente, sino eterna.
Si observamos el principio o génesis:“Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas(Génesis 1:3,4) Dios puso en orden y luz las cosas; pero cuando el hombre rompe su relación con Él, queda en oscuridad. “…maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” (Génesis 3:17)
Como hijos de Adán, somos herederos de oscuridad y maldición. Esta es una condición inherente, que traemos en nuestra genética espiritual y física. No tenemos necesidad de buscarla, pues ya es parte de nosotros.
Por luz que parezca lo que vive el hombre hoy, todo esto es oscuridad: “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12)
Cuál es el plan a seguir? Aceptar nuestra condición de pecado y buscar al Hacedor de la luz, así como lo hizo el pueblo hebreo: “Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera. Y la ira de Jehová se encendió contra Israel,…………Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró…” (Jueces 3:7-9)
Los relatos bíblicos nos enseñan, como una y otra vez, Dios ha estado dispuesto a restaurar a un pueblo arrepentido de su proceder. Si en aquel tiempo Dios libró a Israel a través de hombres escogidos, hoy y desde hace dos mil años, nos presenta a su hijo Jesucristo. Reconocerle en nuestra vida y recibirle como nuestro suficiente Señor y Salvador es lo indicado. “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17)
PREGUNTA: Y usted, ya le ha reconocido como su Señor y Salvador?

MEDITELO Y DECIDA YA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -