martes, 31 de mayo de 2011

DEPREDADORES



En la creación, Dios estableció un equilibrio que permitía la perfecta sostenibilidad de la tierra. “dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así………Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.” (Génesis 1:11,22)
Este equilibrio se mantuvo así hasta la caída del hombre y la tierra cayó en maldición, “…..maldita será la tierra por tu causa”(Génesis 3:17) empezando así un progresivo deterioro, que hoy nos lleva al caos.
Un ejemplo de esta creación perfecta es el águila. Esta ave de rapiña, se caracteriza principalmente por su gran tamaño y constitución robusta. Posee una vista tan aguda, que le permite visualizar potenciales presas a larga distancia y garras tan  poderosas, con las que puede  levantar en vuelo a sus victimas siendo aún más pesadas que ella misma.
Sin embargo hay algo claro y es que estas aves, al igual que el resto del reino animal creado por Dios, sólo utilizan sus habilidades para el sustento propio y el de sus crías. Lo hacen por necesidad y nunca por codicia o placer.
En contraste y con tristeza vemos como el hombre miente, deshonra,  desobedece, maquina corrupción, roba y hasta mata en su afán por lograr sus propósitos de riqueza, posición y poder.
Habla con soberbia de sus propiedades, sus vehículos, sus viajes, sus inversiones y hasta excentricidades que rayan en los excesos propios del pecado condenado por Dios. Lo cierto es que su codicia nunca para!.
El hombre es descrito en la Biblia, como el elemento más importante de la creación de Dios “Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”(Génesis 2:7) Aquel, en el que Dios pensó, para entregársela en administración “y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre”(Génesis 2:19) No obstante y como producto de su caída, se ha constituido en el mayor  “depredador” de la misma. Pareciera que el término depredador, se le ha adjudicado de forma equivocada a algunas especies del reino animal, que actúan guardando el propósito para el cual fueron creados y no al hombre que lo hace con sevicia y en pecado.
Especies animales y vegetales desaparecen, ríos se salen de sus causes, el cambio climático, huracanes, tornados, terremotos, tsunamis, epidemias, hambrunas y muchas otras catástrofes. Esto lo podemos ver a través de las diversas formas de comunicación del mundo moderno y no son eventos lejanos a nosotros. Somos testigos en vivo sobre el galopante horror que le espera a la humanidad.
El hombre es consiente de lo viene; pero no quiere buscar de Dios y prefiere en su orgullo confiar en su limitado conocimiento.
Quién mejor para solucionar  los problemas de este universo y la humanidad que su propio Creador? “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos” (Salmos 24:1,2)
Todo esto tiene su origen en algo llamado “pecado” como lo vimos al comienzo, y la única puerta, siempre abierta por Dios, para solucionar esto, es aceptar nuestra condición en humildad y recibir a su hijo Jesucristo “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36)
Este proceso de destrucción física  es irreversible. Dios también está en control de esto a pesar del rechazo del hombre; pero si hay una solución para la condición espiritual del hombre y su futuro eterno.

PREGUNTA: Y usted, ya pensó qué va a hacer? Cristo es la solución!
MEDITELO Y DECIDA!
REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960