miércoles, 20 de abril de 2011

DÓNDE Y CÓMO?


Cuando Abraham fue llamado por Dios para dejar su tierra, la tierra de su familia por generaciones, el plan para cualquiera no hubiera lucido muy interesante.  Tal vez lo último que él había planeado en su vida era un viaje de esta magnitud.
Menos sin saber a dónde o cómo?.
Debe tenerse en cuenta que en aquel tiempo, no existía la palabra escrita de Dios. La Biblia que hoy conocemos, nos brinda una idea muy clara de la voluntad de Dios para nosotros.
No obstante, nos empeñamos en hacer lo que queremos. Hacemos planes y cuentas sin saber el futuro: “…los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:13-14)

Cuando dependíamos de nuestros padres terrenales, vivíamos muy cómodos. Qué nos preocupaba? Teníamos comida, dormida, ropa limpia, estudio y más. Sin embargo, tenemos a alguien mucho más grande y pudiente que ellos. “Dios”. Será que hay algo mejor que descansar en la voluntad y cuidados de nuestro Padre celestial?
Dónde y cómo viviremos? Él todo lo tiene perfectamente planeado. Además tiene todas las herramientas para hacerlo y hacerlo con excelencia. Es omnisciente, omnipresente y como si fuera poco, todopoderoso. Él es Dios!
Nada escapa  al manejo de Dios?
Abraham y su descendencia fueron llevados a una tierra ofrecida por Dios. “La tierra prometida”.  Dice la Biblia que era una tierra donde fluye leche y miel. Esto para mostrar que era una tierra inmejorable.  “Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel”….. (Levítico 20:24)
Esta fue una promesa de Dios para su pueblo que aún está vigente. Una tierra con ciudades ya construidas y campos trabajados. Ellos sólo tuvieron que llegar a poseerla y disfrutar de lo que otros trabajaron. Lo único que debían hacer era obedecer, pues Dios estaba quitando estas tierras a otros pueblos por sus malas practicas.
Esta, es una promesa que Dios ha hecho también para aquellos que no somos parte del pueblo judío, y está disponible para aquellos que decidimos confiar en Él.
Por último es importante anotar, que además de la tierra prometida, Abraham por su fe, por creerle a Dios recibió un puesto de honor: “Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, fue llamado amigo de Dios (Santiago 2:23).  
Bendiciones por obediencia!

PREGUNTA: Está usted confiando en la voluntad de Dios para su vida y dejando ver su fe para obedecerle?

MEDITELO Y DECIDA YA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -